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HIPERNATREMIA

La natremia expresa sólo una relación soluto-solvente. Cuando la concentración de sodio

supera los 150 mEq/L corresponde a una hipernatremia, y por consiguiente a una

hiperosmolaridad, dado que el Na es el soluto más abundante del LEC, pero su hallazgo no

significa necesariamente un aumento en el contenido de sodio corporal total sino que

representa un déficit relativo de agua en relación al sodio.

La respuesta normal a la hipernatremia es un aumento en la liberación de ADH, con ahorro

renal de agua, y aparición de sed, lo que restablece la osmolaridad a límites normales. El

ahorro renal de agua está limitado por la capacidad de concentración del riñón y por la carga

renal de solutos, de modo que el principal mecanismo de defensa frente a la hipernatremia lo

constituye la sed, así los pacientes en riesgo de desarrollarla son aquellos que no tienen acceso

libre al agua: Lactantes, pacientes con daño neurológico, ancianos, y aquellos que tienen una

alteración en el mecanismo de la sed.

El efecto primario de la hiperosmolaridad provocada por la hipernatremia, es un

desplazamiento de agua desde el LIC al LEC, y por ende una disminución del volumen

celular, lo que a nivel del sistema nervioso central puede provocar sangramiento por

elongación y rotura de vasos sanguíneos.

La célula se defiende de esta disminución de volumen, aumentando su propia osmolaridad a

través de la activación de transportadores de membrana y creando osmolitos orgánicos, proceso

que no está completo antes de 48 horas, lo que permite catalogar a las hipernatremias como agudas

si llevan menos de 48 horas de evolución, y por lo tanto pueden corregirse rápidamente, e

hipernatremias crónicas, con más de 48 horas, en que su corrección necesariamente debe ser lenta.

Existen dos mecanismos a través de los cuales se puede llegar a hipernatremia: Pérdida de

agua o ganancia de sodio.

Pérdida de agua:

- Aumento de pérdidas insensibles (fiebre, golpe de calor, etc.)

- Diabetes insípida (central o nefrogénica)

- Pérdidas hipotónicas (GI, renales, piel)

- Falta de aporte (alteración de conciencia, hipoalimentación en

RN, ausencia de sed

Ganancia de sodio: - Uso de soluciones hipertónicas (paro cardíaco, errores de formu-

lación, enemas, etc.)

- Ingesta accidental o maltrato en lactantes (mamaderas con sal)

La clínica de la hipernatremia depende de la velocidad de instalación y de la velocidad

de corrección: Irritabilidad, taquipnea, debilidad muscular, insomnio, fiebre, convulsiones.

Deshidratación hipernatrémica

En este cuadro, la alteración básica la constituye una pérdida mayor de H

2

0 que de

electrolitos lo que lleva a una deshidratación con Na mayor de 150 mEq/litro.

El riesgo en esta situación también lo constituye la corrección rápida del trastorno osmolar

lo que frecuentemente lleva a convulsiones por edema cerebral secundario y eventualmente a

coma y muerte.

Su manejo requiere de algunas consideraciones especiales:

– Medir densidad urinaria para establecer indemnidad de eje ADH-riñón; esto es vital dado

que el manejo es radicalmente diferente tratándose de una deshidratación hipernatrémica

con eje ADH-riñón intacto o alterado. Aquí se discutirá manejo de hipernatremia con eje

ADH-riñón conservado. En esta situación debiera esperarse una densidad urinaria elevada

(1.020 o más en ausencia de glucosuria).

Alteraciones del metabolismo hidrosalino y ácido base