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que no puede ser expresado por el RN. El dolor se manifiesta por parámetros fisiológicos y
conductuales que pueden variar de un prematuro a otro, como aumento en la FC y respiratoria,
aumento de la presión arterial y de la PIC y descenso de la saturación, expresión facial,
posición del cuerpo, llanto, como respuesta inmediata y, a largo plazo aumento del porcentaje
de somatizaciones de origen desconocido.
El dolor en el RN no fue motivo de investigación por mucho tiempo, las pobres reacciones
del prematuro al dolor eran interpretadas como una percepción reducida a éste y falta de
memoria del estímulo nociceptivo. Se ha estudiado que las vías anatómicas y biológicas de
transmisión del dolor son funcionales en el feto desde las 24 semanas y, que el PT es capaz de
percibir el dolor de manera más intensa y difusa, en comparación al RNT. Se ha determinado
que la mayor fuente de dolor es la iatrogénica, resultado de procedimientos diagnósticos y
terapéuticos. El control del dolor debe ser aplicado previo al estímulo doloroso, siempre que
sea posible. Como métodos encontramos:
técnicas no farmacológicas
, a través de la
promoción de un ambiente favorable permanentemente, programación de los procedimientos
según necesidad del RN, no por rutina, mantener contacto físico (acurrucar, mecer), mantener
en una posición natural y confortable, satisfacer el reflejo de succión, administrar solución
glucosada 2 a 5 minutos antes del estímulo y;
técnicas farmacológicas
: reservado para dolor
moderado a severo, fármacos no opiáceos (paracetamol) y opiáceos (fentanyl y morfina).
Actualmente existen distintas escalas que evalúan el dolor en neonatos a través de
valoración de parámetros fisiológicos y conductuales, como escala de EDIN, escala
COMFORT, escala Susan Givens Bell, escala PIPP, ésta última toma en cuenta la edad
gestacional en su evaluación, por lo que su uso es útil en recién nacidos de pretérmino.
Abrir la UCIN a la familia de los recién nacidos
Los recién nacidos prematuros y/o de muy bajo peso al nacer que se hospitalizan en UCIN,
son separados de sus padres en un momento clave para la formación del vínculo afectivo. Son
entregados al cuidado de equipos de salud en rotación, sometidos a manipulación y
procedimientos dolorosos, expuestos a todo lo previamente descrito y muy lejos de las
condiciones del vientre materno o del hogar. La hospitalización de un RN en una UCIN
implica que su vida se encuentra en riesgo; hecho que contacta a la familia con la angustia que
significa la noción de la pérdida.
La integración de las familias a la UCIN es una necesidad indispensable, un derecho de los
pacientes. Facilita el trabajo en equipo, evita incomprensiones aun ante evoluciones adversas
dada la participación y el camino recorrido en conjunto, aumenta la confianza en el equipo y sus
decisiones, ya que se percibe una mayor transparencia y compromiso.
En muchas ocasiones los padres de RNPT se angustian ante la gran tecnología necesaria para
mantener la sobrevida de su hijo y, la poca o nula necesidad de ellos como cuidadores, esto
favorece el “desapego” y deteriora la relación parental. Con objeto de disminuir el impacto
negativo generado en las UCIN, en la relación padres-hijo, se ha adoptado como prioridad la
integración de los padres en el cuidado de éste y la promoción de la lactancia materna.
• Integración de los padres en el cuidado del niño: Para proporcionar los cuidados que necesitan
los RNMBPN es preciso involucrar a los padres, ya que el desarrollo futuro del niño puede
depender, en gran medida, de la relación que establezca con ellos en esta etapa. Cuanto más
y activamente participen en el cuidado, mejor vínculo se establecerá. Para ello es
imprescindible que los padres dispongan de facilidades en la entrada a las UCIN, condiciones
ambientales adecuadas para permanecer con su hijo, considerar la triada (madre padre e
hijo), flexibilizar los horarios de permanencia tanto de los padres como del núcleo familiar
cercano, facilitar el contacto físico, enseñarles a reconocer los diferentes estados del RN, el
Neonatología