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Guías de Práctica Clínica en Pediatría

Amenorrea

Paulina Merino O.

Definición

La ausencia de menstruación o amenorrea puede corresponder a un proceso fisiológico o

puede ser la primera manifestación de un proceso patológico. Ésta puede ser primaria o

secundaria, dependiendo si la amenorrea ocurre antes o después de la menarquia, respectiva-

mente.

La pubertad retrasada, cuadro dentro del cual se sitúa la amenorrea, puede ser definida por

la falla en el inicio y progresión de la maduración sexual. De este modo definimos amenorrea

primaria como ausencia de menarquia después de los 13 años sin desarrollo de caracteres

sexuales secundarios, o después de los 15 años con desarrollo de caracteres sexuales

secundarios. Dentro de esta definición se consideran aquellas pacientes sin menarquia después

de 3 a 5 años de su telarquia. El término “retrasada” no es ni preciso ni adecuado, pues incluye

alteraciones en las cuales la mayoría de las pacientes nunca inicia la pubertad, como es el caso

de algunas disgenesias gonadales. La amenorrea secundaria se define como la ausencia de

flujo menstrual luego de 3 ciclos o 6-12 meses.

Etiología

Las causas de amenorrea primaria y secundaria son diferentes, pero comparten algunas

similitudes.

Las diferentes causas de amenorrea se han clasificado dependiendo de los niveles de

gonadotrofinas en hipogonadotropas, normogonadotropas o hipergonadotropas, según las

gonadotrofinas estén bajas, normales o altas, respectivamente. También, la amenorrea puede

clasificarse según el compartimento afectado y según los niveles de estrógenos (Tabla). La

principal causa de amenorrea primaria en la adolescencia es el hipogonadismo

hipergonadotropo con 48,5%, seguido de 27,8% de hipogonadismo hipogonadotropo y 23,7%

de hipogonadismo normogonadotropo.

Enfoque diagnóstico

En la evaluación de una adolescente con amenorrea se debe tener en cuenta la historia clínica

personal, los antecedentes de enfermedades previas, el desarrollo puberal actual y la historia

médica familiar: Consanguinidad, enfermedades genéticas y datos acerca de la pubertad de los

padres. Hay que evaluar la ingesta de medicamentos y la eventual presencia de síntomas

psicosomáticos y rasgos sugerentes de un trastorno de la conducta alimentaria.

El examen físico debe ser acucioso, evaluando peso, talla y segmentos corporales. Se debe

buscar la presencia de estigmas sugerentes de alguna genopatía, signos carenciales o de

enfermedades crónicas. Es importante evaluar el desarrollo puberal mamario y del vello

púbico según los grados de Tanner. La inspección de los genitales externos es fundamental,

con el fin de determinar si tienen efecto estrogénico o signos de virilización, así como también

evaluar la permeabilidad himeneal.

Los exámenes de laboratorio y el estudio por imágenes deben ser guiados por la clínica,

con el fin de lograr un diagnóstico adecuado sin exponer a la paciente a evaluaciones

innecesarias, costosas y que no aportan mayor información.