

390
Guías de Práctica Clínica en Pediatría
Formas clínicas de hematuria
Hay cuatro formas de presentación que tienen evolución y pronóstico diferente:
a) Hematuria macroscópica, habitualmente una anamnesis dirigida y el examen físico entregan
una orientación diagnóstica.
Causas: Infección urinaria, hipercalciuria, hiperuricosuria, nefropatía IgA, irritación perineal,
trauma, ulceración de meato, litiasis, GN agudas, tumores, etc.
b) Hematuria microscópica sintomática, asociada a fiebre, anemia, exantema, edema,
hipertensión arterial, compromiso de la función renal, dolor abdominal, disuria, oliguria,
etc.
Causas: Glomerulopatías primarias (glomerulonefritis posinfecciosa, síndrome nefrótico,
etc), glomerulopatías secundarias (lupus, Schönlein Henoch, otras vasculitis, enfermedades
reumatológicas), nefritis intersticial, ITU, litiasis, tumores, cristalurias (hipercalciuria,
hiperuricosuria), etc.
c) Hematuria microscópica asintomática: Es un hallazgo en un examen de orina solicitado por
otra causa, es la forma de presentación más frecuente en niños y requiere confirmarse con a
lo menos dos exámenes más tomados con el intervalo de una o dos semanas. Sólo exige
seguimiento, al cabo de un año persiste un tercio de los casos y al cabo de 5 años lo hace
sólo el 7,6%.
d) Hematuria microscópica con proteinuria: Tienen un elevado riesgo de presentar enfermedad
renal por lo que al momento del diagnóstico deben ser referidos para evaluación y seguimiento
en nefrología.
Evaluación
En la evaluación de la hematuria, deberá efectuarse una historia clínica cuidadosa dirigida
a aclarar edad de aparición, duración, presencia de síntomas asociados (edema, fiebre, dolor,
lumbar, rush, dolores articulares, etc.) aspecto y color de la orina, factores desencadenantes
(infecciones respiratorias, ejercicios, traumatismo, etc.), ingesta de medicamentos, otros
sangramientos (hemoptisis), antecedentes de infecciones respiratorias o en piel, antecedentes
familiares de sordera, enfermedades renales, TBC.
En el examen físico debe investigarse presencia de hipertensión arterial, edema, petequias,
rush cutáneo, telangectasias o angiomas en piel, presencia de masa abdominal o aumento de
tamaño renal, examen de genitales externos.
La evaluación de laboratorio inicial debe incluir un examen citoquímico de orina en
microscopio de contraste de fases con estudio de la morfología del glóbulo rojo; urocultivo
para descartar de partida una ITU y un índice de calcio/creatinina en muestra aislada de orina
tomada en ayunas para detectar hipercalciuria idiopática. Un índice ca/creat mayor a 0,86 en
menores de 6 meses, mayor a 0,6 entre los 6 y 18 meses, mayor a 0,41 entre los 18 meses y
seis años, o una calciuria mayor de 4 mg/kg/día definen a este cuadro, que constituye la causa
más frecuente de hematuria extraglomerular en el niño y que suele presentarse por brotes
repetidos de hematuria macroscópica. Debe efectuarse además una medición de uricosuria y
creatininuria en muestra aislada de orina, un valor sobre 1 es sugerente de hiperuricosuria.
Evaluar si existe compromiso de la función renal con una creatininemia.
La ultrasonografía de riñón y vejiga, por ser un método de fácil acceso, no invasivo y con
un alto rendimiento para detectar presencia de tumores, cálculos, hidronefrosis, anomalías
estructurales, etc. debe también ser efectuada en el screening inicial.
Si la ultrasonografía es normal y la morfología del glóbulo rojo orienta hacia una
hematuria glomerular, la investigación debe ser dirigida al diagnóstico diferencial de las
glomerulonefritis, determinando proteinemia, C3, C4, antiestreptolisina O (ASO),
inmunoglobulinas séricas, anticuerpos antinucleares, antiDNA .