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Hematuria

Enrique Álvarez L.

Es la expresión más frecuente de enfermedad renal o de la vía urinaria. Cualquier patología

nefrourológica puede manifestarse por hematuria en algún momento de su evolución. Su definición

es convencional aceptándose como la excreción de más de cinco glóbulos rojos por campo de

mayor aumento en una muestra de orina fresca y centrifugada a 1.500 rpm durante 10 minutos.

Si se utiliza cinta reactiva en una muestra de orina no centrifugada el test es positivo con 6

o más glóbulos rojos por ml, sin embargo para evitar lecturas falsas positivas con este método

deben seguirse estrictamente las indicaciones de introducir brevemente la cinta en la muestra

de orina, eliminar el exceso y leer la cinta al tiempo recomendado por el fabricante. Como no

es un método específico para detectar sangre, si el resultado es positivo debe confirmarse con

un sedimento de orina.

Frecuencia

0,5%-2% de la población infantil (mayor en mujeres), con una incidencia anual 0,4% en

niños de 6 a 12 años.

La mayoría de las hematurias en el niño son de origen glomerular, el resto corresponde a

sangramiento extraglomerular.

Desde el punto de vista práctico esta diferenciación es muy importante, porque permite

separar dos grandes grupos de causas de hematuria, con una información clínica y de

laboratorio mínima que se resume en el cuadro siguiente:

Glomerular

Extraglomerular

Color

Café

Rojo brillante

Coágulos

No

Frecuente

Dolor

No

Frecuente

Proteinuria

(++)

Escasa

Cilindros GR

No

Morfología GR

Dismorfismo + 80%

Isomorfismo

Acantocitos

>5%

Los elementos clínicos (color, coágulo, dolor) sólo son de utilidad en presencia de

hematuria macroscópica, en cambio, los elementos de laboratorio sirven tanto en hematuria

macro como microscópica.

Si bien la proteinuria y cilindro de glóbulos rojos apoya el origen glomerular del

sangramiento, su ausencia no lo descarta.

El estudio de la morfología del glóbulo rojo es un buen método diagnóstico. Se efectúa a través

del examen de una muestra de orina fresca centrifugada, en un microscopio de contraste de fases, en

que se examina de 50 a 100 células rojas y se determina el porcentaje de disformismo. La presencia

de glóbulos rojos intactos de forma y tamaño, orienta a un origen extraglomerular. Más de 80% de

GR dismórficos es diagnóstico de sangramiento glomerular.

Un sangramiento glomerular implica la sospecha de una glomerulonefritis (GN) y en ese

sentido debe programarse la estrategia diagnóstica, en cambio un sangramiento

extraglomerular orienta hacia un cuadro de hipercalciuria, litiasis, ITU, nefropatía del reflujo,

etc., y requerirá fundamentalmente estudio radiológico de vía urinaria.