Previous Page  388 / 778 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 388 / 778 Next Page
Page Background

386

Guías de Práctica Clínica en Pediatría

– Pielonefritis aguda (PNA): Infección que compromete el parénquima renal. Es la forma

más severa de ITU en niños.

– Nefronia lobar: Nefritis intersticial bacteriana, con clínica y laboratorio de infección

bacteriana severa. El diagnóstico se realiza con eco Doppler, donde se observa nefromegalia

asociada a lesión parenquimatosa redondeada con hipoperfusión y alteración de la

diferenciación córtico-medular.

– Bacteriuria asintomática: Niños con urocultivo positivo pero sin sintomatología clínica.

Habitualmente un hallazgo en exámenes de orina tomados en

screening

o seguimiento. Se

recomienda no indicar tratamiento antibiótico, ya que estudios a largo plazo no muestran

diferencias entre los grupos tratados y los sin tratar.

– ITU recurrente: 3 o más infecciones urinarias bajas, 2 o más pielonefritis o 1 pielonefritis

más 1 infección urinaria baja en un año.

Clínica

El cuadro clínico sugerente de ITU es variable, siendo más específico en la medida en que

el niño es mayor y puede verbalizar sus síntomas.

– Recién nacidos

:

Parecen gravemente enfermos, irritabilidad con letargia, rechazo de

alimentación, vómitos, diarrea, ictericia; fiebre ausente o hipotermia

– Lactantes: Fiebre, vómitos, dolor abdominal, irritabilidad, peso estacionario, orina de mal olor.

– Preescolares y niños mayores: Síntomas referidos a la vía urinaria como disuria, poliaquiuria,

urgencia miccional y ocasionalmente enuresis. Compromiso renal: Dolor en la(s) fosa(s)

lumbar(es), fiebre, compromiso general y vómitos.

Examen físico

Durante el examen físico además de objetivar alteraciones propias de ITU como puño

percusión (+), dolor abdominal, es importante también evaluar presión arterial, crecimiento,

buscar la palpación de masas abdominales o de globo vesical, malformaciones como epispadia

o hipospadias, signos de vulvitis o vaginitis, sinequia de labios menores, fimosis y balanitis.

Examinar la columna lumbosacra buscando signos de disrafia espinal como nevos, fositas

pilonidales, hemangiomas y desviación del pliegue interglúteo.

Diagnóstico

La confirmación del diagnóstico de ITU debe hacerse a través de examen de orina que

muestre elementos concordantes con una infección (bacterias, leucocituria, piuria o cilindros con

inclusiones leucocitarias) y de un urocultivo tomado por sondeo vesical o punción vesical en

lactantes, que muestre desarrollo de más de 50.000 unidades formadoras de colonias (ufc) por ml

de un solo germen. En niños que controlan vejiga, la muestra debe tomarse de la parte media de

la micción y el cultivo se considera positivo con un recuento de más de 100.000 ufc por ml.

El manejo está dirigido a prevenir o minimizar el daño renal, y a evitar secuelas a largo

plazo, hipertensión arterial (HTA) e insuficiencia renal crónica (IRC).

Hay algunos factores asociados a mayor riesgo de daño renal por ITU:

– Edad menor de 1 año

– Retardo en el inicio del tratamiento antimicrobiano

– Obstrucción de la vía urinaria

– Reflujo vesicoureteral severo

– Recurrencia de episodios de pielonefritis aguda

– Existencia de un riñón displásico

Los criterios para definir si el episodio de ITU se acompaña de compromiso renal (ITU

alta o pielonefritis aguda) o no (ITU baja), son clínicos, de laboratorio e imagenológicos.