

333
DC pueden presentar manifestaciones hemorrágicas (sangrado de encías, epistaxis, petequias,
hematuria, sangre en heces) e incluso tener una prueba de torniquete positiva (más de 20
petequias en un área de 2,5 cms, en el lugar de la aplicación del manguito para la toma de tensión
arterial). Las anormalidades de laboratorio incluyen leucopenia, trombocitopenia y ocasional-
mente elevación de enzimas hepáticas. La eritrosedimentación globular tiende a ser normal. En
Chile, en el Instituto de Salud Pública, se realizan diferentes exámenes para el diagnóstico de
dengue como detección de IgM por técnica de ELISA, aislamiento viral por cultivos celulares
con una sensibilidad cercana al 50% y además PCR en tiempo real.
El DH habitualmente inicia con síntomas similares al DC pero, entre el día 3 y 7, el paciente
desarrolla aumento de la permeabilidad vascular, incremento del hematocrito, efusión pleural y
prueba del torniquete positiva. La progresión hacia la reducción en el volumen circulatorio y al
choque (SCD) ocurre simultáneamente con la defervescencia en un importante número de casos.
La elevación del hematocrito y la disminución en la cuenta plaquetaria traducen desarrollo
inminente de DH y alertan al clínico para manejo apropiado de fluidos. El inicio de dolor
abdominal intenso, letargia, diaforesis, hipotermia y persistencia de vómitos sugieren la ocurrencia
de SCD, el cual se caracteriza por un estrechamiento de la presión del pulso a menos de 20 mmHg
y falla circulatoria. Complicaciones incluyen encefalopatía, hepatitis, miocardiopatía y neumonía.
Tratamiento:
Los pacientes con DC deben ser manejados con reposo, observación
cuidadosa, hidratación oral y medicamentos antitérmicos/analgésicos. Los salicilatos deben ser
evitados porque interfieren con la función plaquetaria. Si el hematocrito está elevado o se asocia
con trombocitopenia, se debe considerar la hospitalización del paciente. Todo paciente
ambulatorio u hospitalizado debe ser vigilado por la aparición de sangrado, petequias, dolor
abdominal severo, agitación, letargia o dificultad respiratoria. Ante la sospecha de DH, se debe
monitorizar el hematocrito y el recuento de plaquetas. Administrar líquidos isotónicos (Ringer
lactato, suero fisiológico) para restaurar el volumen circulatorio. En caso de presentarse un
estado de shock, será necesario un apoyo más vigoroso de fluidos parenterales (coloides).
Pronóstico y prevención:
La letalidad por DC es nula. Con manejo rápido y apropiado, menos
del 3% de niños con las formas severas de dengue mueren durante el curso de la enfermedad
clínica. En ausencia de diagnóstico temprano y terapia oportuna de líquidos parenterales, la
letalidad puede alcanzar 20%-30% en DH y hasta 50% en SCD. La creación y producción de una
vacuna contra los 4 serotipos de dengue se encuentra en etapa avanzada (fase III) y según la casa
farmacéutica Sanofi-Aventis, en el año 2013 podría estar disponible en el mercado.
FIEBRE AMARILLA
La fiebre amarilla continúa siendo un problema de salud pública en muchas regiones del
mundo. La zona de ocurrencia de fiebre amarilla selvática sigue restringida a la región norte del
continente sudamericano e incluye la Guyana Francesa, Surinam, Guyana, Venezuela, Trinidad y
Tobago, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y la región centro-oriental del Brasil.
La fiebre amarilla es causada por un
arbovirus
, del género
Flavivirus
y de la familia
Flaviviridae
que produce compromiso hepático, hemorrágico, miocárdico y renal, frecuentemente
fatal. Tiene un ciclo urbano y otro selvático dependiendo del vector. La fiebre amarilla selvática
enzoótica que incluye primates es transmitida en América del Sur por el mosquito
Haemagogus
spp
. El
Aedes aegypti
en América del Sur tiene el potencial de desencadenar epidemias urbanas,
debido a su capacidad de transmisión del virus, sus altas densidades en la región y a la continua
migración y desplazamiento de individuos desde zonas selváticas de alto riesgo hacia las
comunidades densamente pobladas y cercanas a estas áreas.
Enfermedades infecciosas