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Coriza serohemática. Parches mucosos. Rágades y condilomas planos. Lesiones óseas:

Osteocondritis y epifisistis; periostitis de las falanges proximales (dactilitis). linfadenopatía

generalizada. Compromiso del sistema nervioso central: Alteración de LCR, meningitis.

Problemas oculares: Uveítis, glaucoma, coriorretinitis. Compromiso renal: Glomerulonefritis

o síndrome nefrótico. Otros: Neumonía alba. Miocarditis, pancreatitis, etc.

– Manifestaciones tardías o sífilis congénita tardía: Es aquella que se manifiesta después de

los 2 años de vida siendo más frecuente en la pubertad debido a la inflamación crónica de

los tejidos afectados. El cuadro clínico es similar a la enfermedad adquirida en el adulto e

incluye: Queratitis intersticial, formación de granulomas necrozantes (gomas), sífilis

cardiovascular (poco frecuente). Algunos casos pueden presentar secuelas (denominadas

estigmas) como: Sordera por compromiso VIII par, dientes de Hutchinson, molares de mora,

perforación del paladar duro, nariz en silla de montar, curvatura anterior de tibias (en sable),

hidrartrosis (articulación de Clutton), opacidades corneales, atrofia óptica.

– Neurosífilis: Se puede presentar tanto en etapa precoz como tardía con o sin manifestaciones

neurológicas.

Diagnóstico

El diagnóstico es complejo por el paso de anticuerpos IgG maternos (treponémicos y no

treponémicos) al feto, lo que dificulta la interpretación de los resultados serológicos.

El diagnóstico es el resultado del análisis de los antecedentes epidemiológicos maternos, serología

neonatal, examen físico del niño/a y las alteraciones de exámenes radiológicos y de laboratorio

I. Antecedentes epidemiológicos maternos

1- ITS de la madre y sus parejas/contactos sexuales, durante el embarazo actual o en

embarazos anteriores. 2- Ausencia de control de embarazo, o control irregular. 3- Abuso de

sustancias (alcohol, drogas, medicamentos, etc.). 4- Situación de riesgo social. 5- Inadecuada

evolución de la curva serológica materna. 6- Tratamiento inadecuado o incompleto de la

madre y sus parejas/contactos sexuales.

La gestante que recibió eritromicina u otro antibiótico se considera como inadecuadamente tratada.

II. Serología neonatal

Existen dos tipos de exámenes de laboratorio, que permiten realizar el diagnóstico de sífilis, los

no treponémicos, que se utilizan preferentemente como técnicas de tamizaje diagnóstico y para

seguimiento y los treponémicos, que se utilizan como medio de confirmación diagnóstica.

Pruebas no treponémicas:

a- VDRL (

Venereal Disease Research Laboratory

) mide anticuerpos IgM e IgG. Permite el

análisis cualitativo y cuantitativo de las muestras de suero y líquido cefalorraquídeo. Se

utiliza para monitorear el tratamiento ya que el VDRL a diferencia de otras técnicas, desciende

precozmente sus diluciones después del tratamiento adecuado del paciente. Actualmente

está disponible una técnica de microfloculación basada en el VDRL, que detecta anticuerpos

IgG e IgM, denominada USR (

Unheated Serum Reagin

).

b- RPR (

Rapid Plasma Reagin

). Detecta anticuerpos IgG e Ig M. Es importante recordar que las

diluciones de VDRL, USR y RPR no son equivalentes, ni comparables entre sí. Por lo anterior,

los pacientes sometidos a seguimiento deben ser controlados siempre con la misma técnica.

Pruebas treponémicas:

a- FTA-Abs. (

Fluorescent Treponemal Antibody Absorption

). Es una técnica de

inmunofluorescencia indirecta, tradicionalmente utilizada como examen confirmatorio de

sífilis. Requiere personal altamente entrenado y es operador dependiente. Se realiza en el

Centro Nacional de Referencia de la Red Asistencial, el ISP. Es un examen cualitativo que

se hace positivo como resultado del proceso infeccioso y permanece así por toda la vida.

Por lo tanto, esta técnica no se utiliza para el seguimiento del paciente.

Enfermedades infecciosas