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Guías de Práctica Clínica en Pediatría
– Fenitoína: Bloquea los canales de sodio voltaje-dependientes. Penetra en el cerebro
rápidamente por su alta liposolubilidad. La dosis de carga es de 15-20 mg/kg. La infusión,
no debe superar una velocidad de 1 mg/kg/min para evitar las arritmias cardíacas y la
hipotensión; se deben controlar la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La dosis de
mantención es de 3-4 mg/kg, en 2-4 dosis, con un rango terapéutico de 15-25 mg/l.
– Benzodiazepinas: Aumentan la inhibición mediada por GABA al activar el receptor GABA-
A. El diazepam se utiliza en dosis únicas o repetidas, así como en infusión continua. La dosis
de carga es de 0,25 mg/kg y para la infusión continua esde 0,3-0,8 mg/kg/h.
El lorazepam tiene las siguientes ventajas sobre el diazepam: Redistribución menos rápida
(actividad anticonvulsivante más prolongada), menor poder sedante y menor depresión
respiratoria. La dosis de carga es de 0,05-0,1 mg/kg.
Una alternativa de tercera línea es el midazolam, que tiene una eficacia variable, sin
embargo, es menos depresor respiratorio que los barbitúricos en dosis elevadas. Debe usarse
dosis mínima 0,05-0,1 mg/kg en infusión lenta por mayor posibilidad de reacción paradojal.
Más recientemente se ha utilizado la lidocaína que puede ser efectiva en las convulsiones
neonatales refractarias, pero su uso puede estar limitado por el potencial riesgo de toxicidad
cardiaca. Antiepilépticos como el levetiracetam, topiramato y bumetanida, un diurético que
actúa como supresor de la actividad depolarizante de GABA, esperan un mayor número de
ensayos clínicos para comprobar su eficacia y seguridad.
Pronóstico
El pronóstico está determinado fundamentalmente por la etiología de las crisis. Otras
variables clínicas importantes incluyen:
– Hallazgos en el EEG (ictal e interictal). Interictal anormal, riesgo relativo (RR) 40.
– Examen neurológico en el momento de las crisis. Si es anormal el RR alcanza 50.
– Número de fármacos necesarios para lograr el control de las crisis.
– Duración de las crisis y presencia de status epiléptico.
– Hallazgos en la neuroimagen.
– Edad gestacional (término vs pretérmino) y peso de nacimiento.
El riesgo de muerte asociado a las convulsiones neonatales es alto (24%-30%), así como
también una alta incidencia de otras alteraciones como retraso del desarrollo psicomotor
(55%), epilepsia posterior (27%), discapacidad cognitiva (20%-40%), parálisis cerebral (25%-
43%) y trastornos de aprendizaje (27%).
BIBLIOGRAFÍA
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