INTERHEART
Fumar triplica el riesgo de infarto agudo de miocardio
El uso del tabaco es una de las causas evitables más importantes de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo. Se estima que actualmente el número de fumadores llega a ser mil trescientos millones, de los cuales el 82% está en países en vías de desarrollo. Durante el siglo veinte, 100 millones de individuos murieron como resultado de enfermedades relacionadas con el tabaco. Se espera que este número aumente a mil millones durante el presente siglo. Alrededor de la mitad de estas muertes ocurrirá entre los adultos de mediana edad (35 a 69 años), que perderán en promedio 22 años de vida. La mayoría de las muertes ligadas al hábito ocurre entre los hombres, pero se espera que la mortalidad femenina aumente substancialmente como resultado del gran incremento, tanto del consumo directo como de la inhalación pasiva. Está bien establecido y documentado en estudios realizados en países desarrollados que el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria se asocia estrechamente al fumar, pero pocos ensayos han sido lo suficientemente grandes para examinar sus efectos en otras regiones geográficas.
Investigadores del estudio INTERHEART determinaron los riesgos asociados al consumo del tabaco (fumando y no fumando) y al sólo hecho de respirar el humo. Los autores hicieron un estudio estandardizado caso-control en relación al infarto agudo de miocardio (IAM) con 27.089 participantes en 52 países (12.461 casos y 14.637 controles). Posteriormente, determinaron la relación entre el riesgo de IAM y el tabaquismo, presente y pasado, tipo de tabaco, chicles de nicotina y la exposición de fumadores pasivos.
Los resultados señalaron que el hábito de fumar estuvo asociado a un mayor riesgo de IAM no fatal (riesgo de 2.95; IC del 95% 2.77-3.14, P < 0.0001) en comparación con los que nunca fumaron; el riesgo aumentó en 5.6% por cada cigarrillo adicional. El peligro asociado a los ex fumadores cayó a 1.87 (IC del 95%1.55-2.24) en el plazo de 3 años después de parar, aunque un riesgo residual seguía existiendo 20 o más años después (1.22, 1.09-1.37). La exclusión de los individuos expuestos al humo del grupo de los no fumadores elevó el riesgo en los ex fumadores en cerca del 10%. Fumar tabaco “beedies” (sur de Asia) estuvo ligado con mayor peligro (2.89, 2.11-3.96) similar al asociado al tabaquismo. Masticar tabaco arrojó un riesgo de 2.23 (1.41-3.52), y los fumadores que además lo masticaban el riesgo subió a 4.09 (2.98-5.61). Por otra parte, los fumadores denominados pasivos también tuvieron un aumento significativo del riesgo relacionado con la exposición: 1.24 (1.17-1.32) en individuos menos expuestos (1-7 horas por semana) y 1.62 (1.45-1.81) en los más expuestos (sobre las 21 horas a la semana). Los hombres jóvenes fumadores tuvieron el riesgo atribuible más alto (58.3%; IC del 95% 55.0-61.6) y las mujeres de más edad el más bajo (6.2%, 4.1-9.2). El riesgo atribuible a la sola exposición de más una hora por semana en los no fumadores fue de 15.4% (12.1-19.3).
Fuente bibliográfica
Lancet. 2006 Aug 19; 368(9536):647-58
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