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• Proteínas. El objetivo es administrar sustrato para síntesis proteica, función

inmunológica y reparación tisular. El aporte depende de la patología y estrés

metabólico en curso, logrando relación de aporte proteico y calorías no proteicas

adecuado para que no se utilice proteína como energía sino como los objetivos

anteriormente enunciados, correspondiendo a un P% 12-15.

• Carbohidratos. Es la principal fuente de energía: 50%-55% del total. Por el estado de estrés

metabólico, el organismo posee una capacidad limitada de manejar sobrecargas de glucosa;

se debe evitar cargas de glucosa sobre el doble de lo normal. El exceso puede llevar a aumento

en la producción de CO

2

, esteatosis hepática, hiperosmolaridad y diuresis osmótica.

• Lípidos. Fuente de energía (30% del total) y de ácidos grasos esenciales que debe ser de 0,5

g/kg/d. En pacientes con alimentación parenteral debe realizarse control de trigliceridemia y

aportar no más de 0,5-1 g/kg/día si el paciente cursa con infección severa o trombocitopenia,

por alteración en la respuesta inmune y favorecer la agregación plaquetaria.

• Inmunonutrición. Campo actual de investigación en el cual se ha adjudicado a ciertos

nutrientes acción inmunomoduladora; específicamente, en estructura y función de la

barrera mucosa, en inmunidad celular y en respuesta inflamatoria local o sistémica.

Estos nutrientes son aminoácidos como glutamina, arginina, cisteína y taurina; lípidos

como polinsaturados

ω

-3 y micronutrientes como vitamina A, C, E, zinc y selenio. Aún

en estudio sus potenciales beneficios clínicos en pediatría. Existen trabajos en pacientes

con sepsis severa en que se ha demostrado efectos adversos con el uso de arginina y

posiblemente ácidos grasos

ω

3, en inmunidad celular y respuesta inflamatoria.

Soporte nutricional en el paciente quemado

Las quemaduras constituyen una de las patologías que pueden cursar con mayor grado de

estrés metabólico. Quemaduras de más del 10% de SCT (superficie corporal total), tipo AB y/

o B ya producen respuesta metabólica en la cual debemos intervenir nutricionalmente.

Realizar la evaluación nutricional a estos pacientes es complejo porque presentan ciertas

dificultades como determinar su peso corporal real dado el edema que cursan, muestran

hipoalbuminemia por el estrés metabólico y los balances nitrogenados son falsamente

positivos, por subestimación de pérdidas nitrogenadas por la piel.

A estas dificultades debe agregarse al realizar los cálculos de aporte nutricional la

necesidad de intervenciones quirúrgicas a repetición y los cuadros infecciosos que comienzan

a aparecer en su segunda semana de hospitalización.

a) Requerimientos de energía. La calorimetría indirecta es el método ideal para su estimación

ya que cada paciente presenta diferente porcentaje de superficie quemada y de diferente

grado. Al no disponer de ella se usan fórmulas basadas en mediciones por calorimetría

indirecta cuya estimación debe irse reevaluando según el balance nitrogenado, prealbumina,

PCR e ir ajustando según otros factores de estrés presentes como infecciones, cirugía. El

objetivo principal es evitar la desnutrición aguda.

b) Requerimientos de proteínas. Clave en un paciente con quemadura. Tendrá como objetivos

restablecer el balance nitrogenado, reparación tisular, producción de proteínas de fase aguda

y para inmunidad celular. Para lograr estos objetivos se debe aportar calorías no proteicas y

proteínas en una relación determinada según el grado de estrés metabólico que está sufriendo

el paciente el cual se puede medir por la excreción urinaria de nitrógeno ureico en 24 h (ver

Tabla 2).

Los aportes fluctuan entre 1,5 g/kg/día (P% 14) y 2,5 g/kg/día (P% 20). Al ir incrementando

el P% existe mayor producción y excreción de urea sin aumento de síntesis proteica muscular,

y con valores elevados (3 g/kg/día) habría mayor síntesis proteica en piel. Evaluar según

balance nitrogenado, en el cual las pérdidas de nitrógeno por piel son difíciles de estimar.

Nutrición