Previous Page  75 / 778 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 75 / 778 Next Page
Page Background

73

b) Resinas de intercambio (Colestiramina): Actúa a nivel del lumen intestinal uniéndose a las sales

biliares produciendo malabsorción de grasas. Reduce el colesterol LDL entre 10% y 20%.

Como efectos adversos presentan mala tolerancia oral, interferencia en la absorción de

vitaminas liposolubles, puede aumentar los niveles de triglicéridos y de homocisteína.

c) Fibratos (Bezafibrato, Gemfibrozilo): Su mecanismo de acción aún no está totalmente

claro: Estimularían la lipoprotein lipasa (LPL) y la oxidación peroxisomal de ácidos

grasos. Posee efecto en aumentar HDL y disminuir triglicéridos en 25%-35%. Sus efectos

adversos son principalmente gastrointestinales: Colelitiasis, elevación de las enzimas

hepáticas y CPK. No recomendable en la edad pediátrica.

c) Ácidos grasos polinsaturados omega 3: Poseen efecto en disminución de triglicéridos

(10%-15%) y prevención secundaria de enfermedad cardiovascular. Su mecanismo de

acción está aún en estudio pero se sabe que actuaría por inhibición enzimática reduciendo

la síntesis hepática de triglicéridos y aumentarían la ß oxidación peroxisomal hepática.

d) Otros aún en estudio para su implementación en edad pediátrica: Niacina o ácido

nicotínico, que disminuiría la producción hepática de colesterol VLDL; el Ezetimibe

que actuaría en el lumen intestinal en la absorción de colesterol; fitoesteroles o

fitoestanoles que lo harían disminuyendo el colesterol LDL.

Procedimientos como sueroféresis intermitente de lípidos y trasplante hepático son

alternativas en casos extremos de formas homocigotas.

SÍNDROME METABÓLICO

El síndrome metabólico se caracteriza por la asociación de hiperinsulinemia,

insulinorresistencia, dislipidemia (fundamentalmente hipertrigliceridemia, descenso del

colesterol HDL, aumento de la apo-B y aumento de colesterol LDL), aumento de los

ácidos grasos libres (AGL) plasmáticos, intolerancia a la glucosa o diabetes tipo 2 y alto

riesgo cardiovascular. Posteriormente a estos componentes clásicos del SM, se han

agregado otras alteraciones frecuentes como hiperuricemia, hipercoagulabilidad y defec-

tos de la fibrinolisis con elevación de PAI-I, microalbuminuria, hiperandrogenismo,

hígado graso no alcohólico, litiasis biliar y osteoporosis. Estas alteraciones no aparecen al

mismo tiempo, ni tampoco usualmente todas; se van instaurando progresivamente a lo

largo de los años.

Todas las alteraciones metabólicas que se reúnen en este síndrome son reconocidas

como factores de riesgo para daño endotelial, aterosclerosis y enfermedad cardiovascular.

La mortalidad cardiovascular se relaciona con la cantidad de factores de riesgo, los años

de evolución y componentes genéticos. Investigaciones recientes han demostrado que el

proceso de aterosclerosis y factores de riesgo asociados con su desarrollo comienzan en la

infancia y se relacionan tempranamente con obesidad y otros componentes del síndrome

metabólico en niños y adolescentes. Por esto es tan importante la detección precoz de

pacientes con síndrome metabólico.

Nutrición