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menores de 2 años muy obesos requieren ser evaluados antes de decidir iniciar tratamiento

nutricional. El resto de los niños y adolescentes en riesgo y obesos deben ser tratados según

disponibilidad de recursos pudiendo ser tratados por el pediatra general en atención primaria.

La terapia farmacológica, ampliamente usada en adultos ha motivado el uso de fármacos

anorexígenos, los que en estudios controlados no han demostrado mejores resultados que placebo,

dieta y actividad física, por lo cual no hay evidencia que confirme su utilidad en obesidad infantil. El

uso de hormona de crecimiento recombinantes en el síndrome de Prader Willi es una costosa pero

aparentemente buena alternativa terapéutica para contribuir a moderar la composición corporal.

Obesidad mórbida en niños y adolescentes

No hay un consenso en la calificación de intensidad de la obesidad. Para efectos

operacionales entenderemos por obesidad mórbida en niños y adolescentes cuando se presenta

un IMC >3 a 4 z-escor de la referencia OMS 2007 acompañada de la presencia de

comorbilidades. Obesidad moderada IMC entre 3 y 4 z-escor y obesidad severa >4 z-escor.

El concepto de obesidad abdominal definiremos a perímetro abdominal >percentil 90 (estándares

NHANES-USA 2004) que esté más alterado que el correspondiente IMC por edad y sexo.

La presencia de alteraciones metabólicas o físicas (resistencia insulínica, intolerancia a la

glucosa, diabetes tipo II, dislipidemias, epifisiolisis) también deben considerarse como criterio

de inclusión, aun cuando no se cumpla el criterio antropométrico.

Aquellos niños que cumplen con la definición, requieren de un manejo estructurado y

complejo, con participación de pediatras nutriólogos, endocrinólogos y gastroenterólogos, psiquia-

tra infantil, psicólogo, nutricionista, kinesiólogo, terapeuta ocupacional, trabajador social; estas

condiciones no están soportadas por la estructura de salud pública actual.

Con este propósito se ha establecido un proyecto cuyos objetivos son lograr cambios de

conducta en el paciente y en su familia, de modo de lograr que se involucren en su enfermedad,

mejorar su estado nutricional y metabólico y evaluar los métodos empleados en este programa.

A) Manejo intrahospitalario en unidad especializada de Nutrición Infantil

Los objetivos de hospitalizar a estos niños son:

• Completar el estudio diagnóstico multidisciplinario.

• Lograr juntas médicas para acordar planes de trabajo, que implican efectuar un plan

intensivo de educación a las familias y el niño afectado.

• Iniciar terapia integral con la participación de todos los subespecialistas pediátricos,

además de nutricionista y kinesiólogo en forma totalmente supervisada.

• Lograr cumplimiento de etapas iniciales de motivación para los cambios de hábitos.

• Lograr un descenso suficiente de peso, que aporte a la motivación para seguir en

tratamiento supervisado.

• Si hay fracaso de las medidas médicas lo mejor llevada posibles, se deja abierta la

posibilidad de llegar a una cirugía bariátrica.

Evaluación clínica

1. Anamnesis detallada, incluyendo antecedentes mórbidos de familiares directos como

morbilidad cardiovascular, hábitos alimentarios, diabetes, etc.

Valorar curva pondoestatural graficando evolución de peso y talla si hay datos, registrar hábitos

de sueño, anamnesis nutricional con evaluación de ingesta y forma de compra de alimentos.

2. Examen físico

Antropometría: Peso con disponibilidad de balanza capaz de registrar pesos superiores

a 120 kg; talla al ingreso u otra al egreso; perímetro abdominal con huincha plástica

inextensible de 2 metros. Las mediciones estandarizadas son semanales, incluyendo el

perímetro braquial. Maduración puberal por escala de Tanner.

Nutrición