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Ciertos antibióticos, en particular las quinolonas, trimetropim y furazolidona, son potentes

inductores de expresión del gen de la shiga-toxina

y pueden incrementar el nivel de toxina en

el intestino, por lo cual se ha asociado el uso de estos antibióticos con un curso más grave de

la enfermedad.

Cuadro clínico

El SHU secundario a infección por verotoxina se inicia con manifestaciones digestivas;

clásicamente el paciente presenta diarrea en su mayoría disentérica con una duración variable de 1

a 2 semanas, puede acompañarse o no de deposiciones con sangre, dolor, distensión abdominal,

vómitos y fiebre son otros síntomas presentes en este periodo prodrómico. Esta sintomatología

puede finalizar o complicarse con prolongación de la diarrea, colitis ulcerativa, isquemia intestinal

de grado variable pudiendo llegar hasta la necrosis, hepatitis o pancreatitis.

El paciente presenta además palidez intensa por el compromiso hematológico. Es

frecuente encontrar grados variables de oligoanuria. Dependiendo de la intensidad de la MAT

pueden existir además manifestaciones sistémicas neurológicas (convulsiones, temblor,

ataxia, letargia o irritabilidad) y cardiovasculares (miocarditis, shock cardiogénico, hiperten-

sión arterial).

Al examen físico se observa palidez y/o ictericia, petequias y hematomas en sitios de

punción, grados variables de compromiso neurológico desde letargo hasta el coma,

hepatomegalia, esplenomegalia, cifras de presión arterial elevadas. El prolapso rectal es una

presentación frecuente y es considerado de mal pronóstico por algunos autores.

Puede existir formas incompletas, la anemia y la trombocitopenia pueden ser ligeras o

estar ausentes, y la nefropatía aguda puede no existir o ser ligera.

Diagnóstico

Son importantes la anamnesis y el examen clínico completo. Los criterios diagnósticos

tradicionales incluyen anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia e insuficiencia

renal aguda. Se sugiere:

– Hemograma: Anemia intensa con signos de hemólisis, anisocitosis, poiquilocitosis,

policromatofilia, hematíes fragmentados o esquizocitos; además se encuentra

trombocitopenia y leucocitosis variable

– Bioquímica sanguínea: Creatininemia y nitrógeno ureicos elevados, puede existir

hiperbilirrubinemia e hiperglicemia; la deshidrogenasa láctica se encuentra elevada

secundaria a hemólisis y necrosis celular; es frecuente encontrar hipocalcemia e

hiperfosfatemia; además hiperuricemia.

– Electrolitos plasmáticos: Hiponatremia producida por exceso de agua (hiponatremia

dilucional). Hipercalemia que es la complicación más temible y que se produce por falta de

eliminación renal, acidosis metabólica, infecciones, hemólisis, hemorragia digestiva, aporte

exógeno de potasio (sales de rehidratación).

– Acidosis metabólica con anión gap elevado.

– Examen de orina: En pacientes no anúricos se observa hematuria, proteinuria, cilindruria y/

o leucocituria.

– Otros exámenes: Tiempo de protombina y el tiempo parcial de tromboplastina (TTPK)

suelen ser normales. Los niveles del complemento pueden ser normales o bajos.

– Cultivos de heces en busca de agente etiológicos son necesarios pero necesitan técnicas

especiales.

– Coprocultivo, estudio de toxinas en deposiciones o anticuerpos anticitotoxinas se realizan

solamente en laboratorios especializados.

Nefrología