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Hemorragia digestiva

Eduardo Chávez C.

La hemorragia digestiva en el niño es una entidad frecuente, que provoca gran alarma en

los padres motivando una rápida consulta.

El desarrollo y aplicación en el niño de diversas técnicas endoscópicas e imagenológicas

ha permitido mejorar el rendimiento diagnóstico hasta más del 80% de los casos.

Las causas de sangrado son variadas y algunas ocurren a una edad preferente, aunque la

mayoría puede afectar a cualquier edad.

Para establecer el diagnóstico etiológico es necesario en primer lugar efectuar una

anamnesis y un examen físico minucioso y completo, incluido el tacto rectal, mediante lo cual

es posible llegar en la mayoría de los casos, a un diagnóstico bastante aproximado.

Una vez orientado por la historia clínica, se podrá seleccionar aquellos exámenes de

laboratorio que están más indicados.

Formas clínicas

La hemorragia digestiva puede exteriorizarse en distintas formas clínicas y las características

del sangrado nos van a ayudar a determinar si se trata de una hemorragia digestiva alta o baja.

Hematemesis: Indica que la lesión es proximal al ligamento de Treitz. Se deberá tener

presente las causas extradigestivas, como la hemoptisis, epistaxis y sangre materna deglutida.

Melena: Puede presentarse en forma aislada o acompañada de hematemesis. Se origina

habitualmente en los segmentos proximales al yeyuno, pero también puede provenir de

regiones inferiores del intestino delgado y aun del colon derecho.

Rectorragia: Evidencia habitualmente un sangrado bajo, sin embargo en niños con hemorragia

digestiva alta y con tránsito intestinal acelerado puede observarse sangre roja en sus deposiciones.

Hematoquezia: Es una condición intermedia entre melena y sangre roja pudiendo verse en

casos de divertículo de Meckel e invaginación intestinal.

Métodos diagnósticos

Esofagogastroduodenoscopia

La superioridad de este examen en determinar el sitio de la hemorragia del tracto digestivo alto,

ha sido ya largamente probada; esto se hace particularmente evidente en lesiones mucosas

superficiales tales como gastritis o esofagitis, en que el diagnóstico lo puede hacer en el 75% a 90%

de los pacientes, comparado a lo obtenido por la técnica radiológica que lo hace en menos del 50%.

La endoscopia tiene también ventaja en el paciente con sangrado activo dado que la

radiografía con contraste es prácticamente insensible en esta situación.

La endoscopia, por otro lado, puede entregar información del estado evolutivo de nichos

ulcerosos determinando la conducta más apropiada.

Ventaja adicional es la posibilidad de realizar tratamientos de lesiones sangrantes agudas y

realizar escleroterapia y/o ligadura de várices esofágicas en niños con hipertensión portal.

Nuevos y más pequeños endoscopios han hecho posible este examen desde el periodo de

recién nacido.

Colonoscopia

La colonoscopia debe ser el examen de primera elección en un paciente con rectorragia.