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Guías de Práctica Clínica en Pediatría

La ingestión de un ácido fuerte produce necrosis por coagulación, lo cual limita la extensión

de la penetración. Por su baja viscosidad y densidad el ácido llega rápidamente al estómago, por

lo que el daño gástrico es más frecuente que el esofágico, especialmente en el área prepilórica.

Sin embargo el sabor amargo y el dolor provocado por la ingestión pueden producir que el

volumen ingerido sea reducido. La injuria gástrica seguida a la ingestión puede producir

obstrucción al tracto de salida o perforación frecuentemente en el antro o píloro.

A los mecanismos ya mencionados, se debe agregar la generación de radicales libres con la

subsiguiente peroxidación de lípidos, que contribuiría a la injuria esofágica inicial y

subsecuente formación de estenosis.

El daño esofágico puede comenzar a los pocos minutos de ocurrida la ingestión. La formación

de escara ocurre 4 a 7 días después de la injuria inicial produciéndose invasión bacteriana,

respuesta inflamatoria y desarrollo de tejido de granulación. Debido que el depósito de colágeno no

ocurre hasta la segunda semana, la fuerza de tensión del tejido sano es baja durante las primeras dos

a tres semanas, por este motivo se prefiere evitar la realización de endoscopias entre el 3º y 15º día

después de la ingestión del cáustico, ya que durante este periodo las úlceras se recubren con una

capa de fibrina y se puede producir perforación. La retracción de la escara comienza a la tercera

semana y puede continuar por varios meses, esto lleva a la formación de estenosis y acortamiento

del segmento comprometido del tracto gastrointestinal. El acortamiento del esófago altera la

presión del esfínter esofágico inferior aumentando el riesgo de reflujo gastroesofágico, lo que

acelera la formación de estenosis. También se producen cambios en la motilidad del esófago

resultando en contracciones no peristálticas y de baja intensidad.

Cuadro clínico

La mayoría de los estudios han demostrado que la presencia o ausencia de síntomas, no predice

la probabilidad que la ingestión haya ocurrido, ni se correlaciona con la severidad de la injuria del

tracto gastrointestinal. Se ha reportado 12% de esofagitis grado II en pacientes asintomáticos, a su

vez la presencia o ausencia de lesiones orales es un pobre indicador de daño esofágico.

Los pacientes pueden estar asintomáticos o referir náuseas, vómitos, disfagia, odinofagia,

sialorrea, dolor abdominal, dolor torácico y estridor.

Diagnóstico

Endoscopia

Este examen permite establecer en forma segura la magnitud del daño y debe ser realizado

dentro de las 48 horas posteriores a la ingestión, y no posterior a las 72 hrs, por el alto riesgo de

perforación, bajo anestesia general en pacientes graves. Nos permite clasificar el grado de lesión

esofágica lo que es útil para definir pronóstico y tratamiento (ver Tabla 1).

Tabla 1.

Grado Hallazgos endoscópicos

0

Esófago normal

1

Edema de la mucosa e hiperemia

2a

Friabilidad, hemorragia, erosiones, ampollas, membranas blanquecinas exudado y

ulceraciones superficiales

2b

Ulceraciones profundas o circunferenciales asociadas a lesión 2a

3a

Pequeñas áreas de necrosis, lesión circunferencial

3b

Necrosis extensas, lesión circunferencial