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– Pleistophora.

Este organismo se encontró en un caso VIH (+), con intensa miositis, en el

que se le visualizó en biopsias de diferentes músculos, asociado a inflamación con abundantes

células plasmáticas, linfocitos e histiocitos.

– Enterocytozoon. La especie

E. bieneusi

se encuentra únicamente en los enterocitos humanos

y produce un síndrome diarreico crónico, especialmente en pacientes con SIDA, e

inmunosuprimidos, aunque también se conocen casos en pacientes inmunocompetentes con

diarrea. En aquellos con VIH (+) se encuentra este agente hasta en el 50% de quienes cursan

con diarrea. Este microorganismo sería un invasor frecuente del intestino humano, que no

causa daño habitualmente, pero en inmunodeficientes se convierte en patógeno. Se hallan

las esporas del parásito en la materia fecal, orina, esputo y biopsia. La diseminación a tantos

órganos diferentes, se debe a la invasión a través de macrófagos.

– Encephalitozoon.

E. intestinalis,

afecta a enterocitos y macrófagos del intestino. En hígado

infiltra a las células de Küpffer, puede dañar riñones, produciendo una nefritis secundaria.

El intestino delgado infectado por microsporidios presenta atrofia vellositaria. Existe una

sintomatología, semejante a lo observado en la criptosporidiosis. En casos de pacientes VIH

(+) con un número inferior a 200 células CD

4

/mm

3

, se produce una diarrea crónica que puede

perdurar por meses o años. Hay 4-10 evacuaciones diarias. Los pacientes pierden progresiva-

mente su peso, lo que se asocia a anorexia, náuseas y vómitos. Las pruebas de absorción de D-

xilosa y grasas, están alteradas. Existe hipocalemia e hipomagnesemia. Complicaciones más

frecuentes son infección epitelial del enterocito y diseminación a conductos biliares y

páncreas con elevación de sus enzimas.

Diagnóstico de los microsporidium en general

Se hace buscando las esporas en líquido cefalorraquídeo, orina, conjuntivas, jugo

duodenal, colónico y en heces de pacientes infectados según el

Microsporidium spp

que se

sospeche. Se ha empleado con éxito tinciones como Giemsa, hematoxilina-eosina, Ziehl-

Neelsen, y tricrómica modificada y anticuerpos monoclonales fluorescentes.

Diagnóstico microsporidiosis intestinales (

E bieneusi

y

E intestinalis

). Las técnicas más

empleadas son el cromotropo-2R, la tinción fluoro-crómica y la inmunofluorescencia

indirecta con anticuerpos monoclonales. La biopsia y microscopia electrónica son útiles, al

igual que la polimerasa en cadena (PCR).

Tratamiento y prevención: Se recomienda para el

E. hellem, E. cuniculi

y

V.corneae:

albendazol en dosis de 5-15 mg/kg/día, dividido en dos dosis, por periodos que oscilan entre

2-4 semanas.

Para el

E. bieneusi

se recomienda la fumalgilina a lo que se debe agregar medidas

dietéticas e hidratación, en caso de compromiso intestinal. Se ha comunicado éxito terapéutico

con el empleo de fumalgilina oral por 14 días (no está indicado en niños).

En el caso

E intestinalis

se indica albendazol en las dosis y tiempo ya descritos.

En las formas diseminadas también se sugiere albendazol en dosis y esquema ya

mencionados (albendazol está indicado en niños mayores de 2 años)

Recordar en los pacientes con microsporidiosis intestinal el adecuado régimen, aporte

nutricional y en los pacientes VIH (+) aportar el HAART a fin de mejorar los niveles de CD

4

/

mm

3

.

Enfermedades infecciosas