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Guías de Práctica Clínica en Pediatría

Microsporidiosis

Esta parasitosis intestinal y de otros órganos ha adquirido importancia después de la

aparición del SIDA, porque estos agentes son invasores oportunistas, con alta patogenicidad.

Se estima que en el mundo existe una prevalencia que oscila entre el 3% y 50% de los casos

(VIH+) con diarrea.

Hay más de 100 géneros y 1.500 especies, que son parásitos intracelulares. Se trata de una

zoonosis y una amplia distribución geográfica. Catorce géneros infectan al hombre destacan-

do:

Encephalitazoon, Enterocytozoon, Plesitosphora, Vittaforma, (Nosema)

y

Trachipleistophora.

La forma infectante para el hombre son las esporas, que miden entre 1,5 y

5

µ

,

y con una estructura citoplasmática, en la que se halla un tubo o filamento polar enrollado

en el parásito, que sale introduciéndose al infectar las células del hospedero.

Son protozoos unicelulares, eucarióticos. Poseen un pequeño ARN.

Ciclo de vida. Estos parásitos tienen una gran capacidad de multiplicarse e invadir las

células del huésped. Tienen 3 tipos de división: Binaria, esquizogonia y con producción de

esporas (esporogonia). Todas las formas de reproducción suceden en el mismo huésped. La

reproducción es intracelular, en una vacuola parasitófora. De ella emergen esporas que son

extraordinariamente resistentes al ambiente y van a invadir nuevas células.

Patología. Las lesiones anatómicas de la microsporidiosis humana no se conocen

totalmente, pero se sabe que existe una lesión granulomatosa, con intensa infiltración celular

consistente en macrófagos, linfocitos y células plasmáticas, alrededor de un centro necrótico.

Estas pueden aparecer después de la desaparición de los parásitos. En pacientes

inmunosuprimidos, que son los más susceptibles a esta parasitosis, la reacción inflamatoria es

mínima o ausente. Se ha descrito lesiones microscópicas en infecciones intestinales de

pacientes con SIDA, y destacan atrofia de las vellosidades y aplanamiento de los enterocitos.

Los organismos se concentran en la punta de ellas, en las cuales existen los mayores cambios

histopatológicos. En las formas diseminadas, la invasión se hace al sistema nervioso central,

hígado, riñón, miocardio, pulmones, córnea, etc., en donde se producen los granulomas y la

destrucción celular (CD

4

<50 células/mm3).

Manifestaciones clínicas. Las manifestaciones de la microsporidiosis son muy variadas y

dependen de la localización y de los diferentes géneros.

Las dos especies que causan diarrea son el

Enterocytozoon bieneusi

y

Encephalitozoon

intestinalis.

Su prevalencia oscila entre el 11,4%-50%, dependiendo de si se trata de un país en vías de

desarrollo y de la condición de salud de su población. Se presenta más frecuentemente en

homosexuales VIH (+) e inmunodeprimidos. La sintomatología ocurre esencialmente en los

pacientes inmunocomprometidos VIH (+), oncológicos, trasplantados, aquellos con

inmunodeficiencias primarias y en adultos con niveles de CD

4

inferior a 200 células/mm

3

.

– Encephalitozoon.

Encephalitozoon cuniculi:

Afecta principalmente el sistema nervioso

central. Se ha descrito de casos humanos en los que produjeron síntomas neurológicos, que

incluyeron convulsiones, vómitos y pérdida de conciencia. En pacientes con VIH (+) se

describe hepatitis, bronquitis, queratoconjuntivitis, nefritis, peritonitis, etc. En estos pacientes

se pueden encontrar los microorganismos en LCR, orina, esputo y en biopsias de los órganos

afectados.

– Nosema. La especie

N. connori

se encontró invadiendo en forma oportunista a un niño que

resultó fatal. Hubo daño del tubo digestivo, pulmones, riñones, corazón e hígado. También

se le ha descrito en córnea produciendo queratitis.