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TEMA
2
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FIEBRE TIFOIDEA Y SALMONELLOSIS GASTROENTÉRICAS.
INFECCIONES SIEMPRE VIGENTES.
Dr. Carlos Madrid P.
1
1.-
Servicio de Pediatría Hospital Clínico San Borja Arriarán. Pediatra.
abril
2018.
Volumen
17
-
N
°
72
Reconocemos a las enfermedades emergentes
(patologías descritas o que constituyen un
problema de salud pública con posterioridad a la
década de los
80
) como enfermedades que
despiertan gran interés, debido al auge de las
técnicas de estudio y tratamientos que conlleva
su hallazgo. Sin embargo, este interés, no nos
debe hacer descuidar diversas patologías, que con
el paso del tiempo se han constituido como
enfermedades reemergentes (Patologías conocidas
con anterioridad, pero que, como consecuencia
de diversos factores, han incrementado
significativamente su incidencia).
En este contexto, resulta de vital importancia
revisar las infecciones asociadas a Salmonellas
entéricas; que resultan un claro ejemplo de
enfermedades infecto-contagiosas emergentes y
reemergentes, que no debemos olvidar.
El género
Salmonella
pertenece a la familia
Enterobacteriaceae
, son bacilos gramnegativos,
no formadores de esporas, anaerobios facultativos,
provistos de flagelos y móviles. Crecen bien en
los medios de cultivo habituales. De acuerdo con
la presencia de los antígenos O (lipopolisacárido),
Vi (polisacárido capsular) y H (flagelar) pueden
clasificarse en más de
2.300
serovariedades.
(2-3)
•
FIEBRE TIFOIDEA
La fiebre tifoidea es una enfermedad febril
sistémica prolongada, de origen entérico, con
bacteremias cíclicas, que sin intervención se
prolonga durante cuatro semanas. Es producida
por la
Salmonella typhi
.
Las Salmonellas paratyphi
A,
paratyphi
B y
paratyphica
C pueden producir un
cuadro clínico similar, aunque de menor gravedad.
Estas salmonellas sólo afectan al ser humano. La
mortalidad con un tratamiento adecuado es casi
nula y las complicaciones más graves suelen ser
la perforación y la hemorragia intestinal.
(1-2)
Durante varias décadas, las infecciones por
salmonella en Chile estuvieron dominadas
epidemiológicamente por la fiebre tifoidea; con
tasas estables que oscilaban ente
40
y
50
casos
por
100.000
habitantes, cifras propias de una
condición hiperendémica. Esta situación se
transformó en
1977
en una extensa epidemia que
se prolongó durante
10
años y que sólo retornó
a cifras históricas en
1986
. Se alcanzaron cifras
superiores a
120
casos por
100.000
habitantes
(ciertas comunas superaron los
500
casos por
100.000
habitantes)
(1)
. Posteriormente, esta
enfermedad declinó progresivamente, alcanzando
cifras inferiores por
100.000
habitantes
(ver figura
1
).
(4)
La vía de transmisión es la fecal-oral, a través de
aguas contaminadas no higienizadas, alimentos
manipulados por portadores, ingestión de
crustáceos contaminados o vegetales regados con
aguas contaminadas. Al ser los seres humanos los
únicos huéspedes de este tipo de salmonellas,
la fuente de nuevas infecciones son los enfermos,
los enfermos convalecientes (durante tres meses
aproximadamente) y los portadores sanos crónicos
(
2
% de las personas que han pasado la
enfermedad, más frecuente en mujeres con
colelitiasis).
(2)
14