Neurología
Pregabalina mejora la comorbilidad del dolor central posterior al ACV
El dolor central posterior al accidente cerebrovascular (CPSP, por sus siglas en inglés) es un síndrome de dolor neuropático que se caracteriza por dolor constante o intermitente en una parte del cuerpo que ocurre después de un ictus asociado con anomalías sensoriales. Aunque anteriormente conocido como síndrome de dolor talámico, las lesiones a cualquier nivel de las vías tálamo-cortical pueden producir CPSP. La gran mayoría de los pacientes desarrolla esta condición en el plazo de 6 meses después del accidente, sin embargo, hay informes de inicio más allá de los 2 a 3 años posterior al accidente cerebrovascular. Comorbilidades secundarias, tales como depresión, ansiedad y trastornos del sueño contribuyen a la baja calidad de vida de estos individuos. Por otra parte, la pregabalina ha demostrado su eficacia en varias formas de dolor neuropático, pero en el dolor central posterior al accidente cerebrovascular (CPSP), no está comprobada.
Jong S. Kim y colaboradores (Departamento de Neurología de la Universidad de Ulsan, Seúl, Corea del Sur), evaluaron la eficacia y seguridad de la pregabalina versus placebo en pacientes con CPSP. El estudio, de 13 semanas de duración, aleatorizado, doble ciego, multicéntrico, controlado con placebo, de grupos paralelos de 150 a 600 mg/día de pregabalina, se llevó a cabo en pacientes mayores de 18 años.
Un total de 219 personas fueron tratadas (n = 110 pregabalina; placebo n = 109). La puntuación media del dolor al inicio era de 6,5 en el grupo de pregabalina y 6,3 en el grupo placebo, reduciéndose al final del tratamiento a 4,9 con pregabalina y 5,0 con placebo (diferencia media: -0.2, IC del 95%: -0,7, 0,4; P = 0,578). El tratamiento con pregabalina resultó en mejoras significativas, en comparación con placebo, en los puntos finales secundarios, como el sueño, ansiedad, y la escala impresión clínica global, P <0,05. Los eventos adversos fueron más frecuentes con pregabalina que con placebo y causaron la interrupción en 9 (8,2%) pacientes con pregabalina frente a 4 (3,7%) de los tratados con placebo.
Si bien, la reducción del dolor en el punto final no difirió significativamente entre pregabalina y placebo, sí se observaron mejoras en las condiciones comórbidas, sugiriendo cierta utilidad del medicamento en el manejo del dolor central posterior al accidente cerebrovascular.
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