Cardiología
Las bebidas azucaradas inducen hipertensión
El aumento del consumo de bebidas endulzadas con azúcar (BEA) se ha asociado con un mayor riesgo de obesidad, síndrome metabólico y diabetes mellitus tipo II. Sin embargo, los efectos de este tipo de productos sobre la presión arterial (PA) son inciertos, teniendo en cuenta que esta condición continúa siendo uno de los problemas de salud más comunes e importantes en los Estados Unidos.
El objetivo de este estudio (Universidad Estatal de Louisiana, Estados Unidos) fue determinar la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y cambios de presión arterial en los adultos. Se realizó un análisis prospectivo con 810 individuos que habían participado en el estudio PREMIER. La PA y la ingesta alimentaria se midieron en el momento basal y a los 6 y 18 meses. Finalmente, se aplicaron modelos de efectos mixtos para estimar los cambios de PA en respuesta a los cambios en el consumo de refrescos.
Al inicio del estudio, la ingesta promedio de BEA fue de 0,9 +/- 1.0 porciones por día (10.5 +/-11.9 fl oz/d), y la media de PA sistólica/diastólica de 134,9 +/- 9.6/84.8 +/- 4,2 mm Hg. Después de controlar posibles factores de confusión, una reducción de SSB de 1 porción al día se asoció con 1,8 mm Hg (intervalo de confianza del 95%, 1,2 a 2,4) de reducción en la presión sistólica y 1.1 mm Hg (intervalo de confianza del 95%, el 0,7 a 1,4) de reducción en la presión diastólica a los 18 meses. Después de un ajuste adicional para el cambio de peso durante el mismo período, una reducción de SSB permitió disminuir fuertemente la PA sistólica y diastólica (p <0,05). La reducción de la ingesta de azúcares también estuvo significativamente asociada con una disminución de la PA. No se encontró asociación respecto al consumo de bebidas dietéticas o cafeína y la PA. Estos hallazgos sugieren que los azúcares pueden ser los nutrientes que contribuyen a la asociación observada entre la BEA y PA.
En conclusión, reducir el consumo de azúcares y bebidas endulzadas se asocia significativamente con una menor presión arterial. La disminución de BEA y de azúcar podría ser una estrategia dietética importante para bajar la hipertensión.
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