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Guías de Práctica Clínica en Pediatría
Tumores sólidos
Marcela Venegas F.
El cáncer en niños es en general poco frecuente.
En Chile, el cáncer infantil es la segunda causa de muerte en los niños mayores de 2 años. Se
estiman 12 casos nuevos de cáncer por 100.000 menores de 15 años al año, por lo que en nuestro
país cada año se diagnostica algún tipo de tumor a aproximadamente 500 niños. La sobrevida a
5 años alcanza al 78%, la mortalidad en este mismo grupo etario es de 3,7 por 100.000.
La neoplasia más frecuente en la infancia es la leucemia aguda (40%), seguida por los tumores
de sistema nervioso central (17%), linfomas (13%), y en cuarto lugar una gran cantidad de tumores
llamados “sólidos”, derivados de partes blandas, hueso y el resto de los órganos (46%).
El crecimiento de los tumores en la infancia es rápido, presentándose inicialmente por
síntomas inespecíficos, que son compartidos por otras enfermedades habituales en pediatría,
lo que puede llevar a un retraso en el diagnóstico.
Al evaluar un niño con un probable tumor sólido, la anamnesis y examen físico son
fundamentales para una primera aproximación diagnóstica. Es importante conocer la frecuencia de
los distintos tumores en los distintos grupos etarios, para así saber lo que se busca. Por ejemplo, los
tumores embrionarios como neuroblastoma, rabdomiosarcoma, retinoblastoma, meduloblastoma
son más frecuentes en niños más pequeños, siendo los linfomas, sarcomas como el de Ewing u
osteosarcoma, diagnosticados habitualmente en edades cercanas a la pubertad.
Los tumores sólidos generalmente se presentan como un aumento de volumen en el sitio
que comprometen.
El estudio deberá estar orientado a determinar la localización, extensión y diseminación del tumor.
En este capítulo se revisará algunos de los tumores sólidos que con más frecuencia
controlamos en nuestro policlínico y que son de interés general para el pediatra.
Neuroblastoma (NB)
Es el tumor sólido maligno más frecuente en el periodo de lactante (<1 año). Después de
los tumores del SNC, el NB es el tumor sólido maligno más frecuente en la niñez (7%-10%) y
su incidencia anual es de 1 caso por 100.000 niños menores de 15 años. En la casuística del
PINDA representa el 4,2% de las neoplasias de la infancia.
Se origina a partir de células de la médula adrenal o de ganglios paraespinales del sistema
nervioso simpático y característicamente induce una elevación de catecolaminas detectable en
orina (ácidos vainillilmandélico y homovanílico).