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EDITORIAL
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SEMIOLOGÍA E IMPACTO DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN
Y COMUNICACIÓN (TIC)
Dr. Francisco Moraga M. y Dr. Francisco Barrera Q.
Servicio de Pediatría, Hospital Clínico San Borja Arriarán.
La telemedicina y la cibermedicina, términos
derivados de la integración entre medicina,
informática y salud pública, han cambiado la
forma en que el médico se comunica con su
paciente o sus familiares. En el caso de la
Pediatría, esta situación requiere, por una parte,
de padres altamente perceptivos de lo que
sucede con su hijo y que tengan una actitud
crítica frente a la información biomédica a la
que acceden desde los medios; y por otra parte,
requiere a un profesional dispuesto a recibir las
consultas de salud efectuadas a través de los
medios, la capacidad de recomendar sitios web
con información confiable para padres y mantener
un equilibrio entre la capacidad de responder
oportunamente a dudas de familiares y la cautela
al resolver hipótesis diagnósticas muy específicas
para minimizar el grado de responsabilidad ante un
eventual error diagnóstico o de prescripción.
IMPACTO EN LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
Actualmente, y especialmente en el sistema
privado, los padres se comunican con frecuencia
creciente con su pediatra a través de correo
electrónico, mensajería de texto o perfiles de
usuario, incluyendo fotos de signos clínicos o
resultados de exámenes y estudios de imágenes,
relatando síntomas y signos percibidos en su
niño para la interpretación semiológica,
formulación de un diagnóstico y recomendación
terapéutica, permitiendo ahorro de tiempo y
menor costo familiar o institucional. El médico
pediatra debe plantearse una opción frente a
estos requerimientos: Dar espacio acogiendo a
esta forma de comunicación, o no dar pie a ésta.
Dada la penetración de las TIC, esta última opción
se hace cada vez más difícil de sostener y las
consultas a través de los medios alcanzan una
realidad creciente. Sin embargo, el profesional
no puede dejar de considerar que esta forma de
enfrentar una consulta de salud no está exenta
de vulnerabilidades, tanto de tipo clínico como
de tipo legal. Existen situaciones semiológicas
en que el establecimiento de un diagnóstico
es posible; sin embargo, es preferible ser muy
cauteloso en la respuesta que a través de los
medios se haga frente a estos requerimientos y
ante la más mínima duda es preferible verificar los
hechos con una evaluación directa del paciente,
cuando las condiciones as
í
lo permitan.
Una situación particular se genera en el campo
de la confidencialidad y debido resguardo de la
información que se recoge a través de imágenes,
resultados de exámenes y conversaciones privadas
sobre temas que pueden tener implicancias
médico-legales o relacionadas a información que
podrían impactar en seguros de salud o de vida,
respecto de las cuales nuestra legislación aún deja
vacíos muy importantes. El almacenamiento de
datos confidenciales en dispositivos electrónicos
que pueden ser extraviados o sustraídos, puede
exponer espacios privados a un escrutinio
público.
Este tipo de comunicaciones ha probado tener
utilidad en lugares apartados, con escaso
3
septiembre
2017.
Volumen
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