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INTRODUCCIÓN

La Apendicitis aguda es la primera causa de

abdomen agudo quirúrgico en niños mayores

de

2

años, concentrándose la máxima incidencia

entre los

10

y

12

años

(1)

. A pesar de ser una

patología de alta incidencia, bien conocida y

sospechada ante un paciente pediátrico con dolor

abdominal; el diagnóstico continúa siendo difícil,

realizándose de forma tardía, tras reiteradas

consultas o realización de cirugía obteniéndose un

número no menor de laparotomías en blanco

(1,2)

.

El retraso diagnóstico se traduce en un

aumento en la morbimortalidad y complicaciones,

como consecuencia de la demora del tratamiento

quirúrgico oportuno

(12)

.

Debido a lo anterior, el diagnóstico por imágenes

se ha transformado en un recurso útil en la

evaluación de niños con sospecha de apendicitis,

especialmente en los casos en que la historia y

el examen físico aportan hallazgos atípicos

(1,6)

.

Por otra parte, la mayor accesibilidad que existe

en la actualidad a esta modalidad diagnóstica,

hace que muchas veces este tipo de estudio

sea innecesario y en algunos casos donde la

clínica es categórica incluso dificulte el

diagnóstico y retrase la indicación quirúrgica

(2,7)

.

Por lo anteriormente expuesto, se pretende

analizar la evidencia científica en relación a este

tema a modo de establecer las indicaciones de

examen imagenológico y las implicancias que

incluye la utilización de cada método.

DESARROLLO

El diagnóstico clínico de la apendicitis aguda

se basa en la historia clínica que incluye una

secuencia típica de síntomas dados por dolor

periumbilical o epigástrico que posteriormente

migra a fosa ilíaca derecha, asociado a náuseas y

vómitos

(6)

. Si bien la clínica por sí sola tiene un

buen valor predictivo positivo

(12)

, es característica

sólo en un tercio de los casos y especialmente en

los niños mayores

(1)

. La clínica es atípica en los

niños menores de

6

años, confundiéndose con

enfermedades gastrointestinales, respiratorias o

del tracto urinario; así como también en los

casos en que el apéndice tiene una localización

atípica

(2,6,12)

. Estos factores y la gran variedad

de presentaciones clínicas pueden significar un

retraso en el diagnóstico.

El diagnóstico de la apendicitis aguda es un

desafío en la población pediátrica, sobre todo entre

los lactantes y niños pequeños

(12)

. La omisión o

el retraso en el diagnóstico puede resultar en la

perforación apendicular (complicación que varía en

un rango entre el

17

y

52

%)

(2,6)

, que se traduce

en estancias hospitalarias más prolongadas,

mayor riesgo de obstrucción intestinal y

de síndrome séptico en la evolución

post-operatoria

(2,12)

.

El mayor impacto de la imagenología en esta

patología se traduce en la disminución del número

de apendicectomías negativas, reportada de un

5

a un

25

% cuando la indicación quirúrgica se basa

.

TEMA

1

.

María Paz Salinas D.,

Alumna

5

° Año Medicina Universidad de Chile.

EN NIÑOS CON SOSPECHA DE APENDICITIS AGUDA QUE SE SOMETEN

A DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES, ¿CUÁL ES EL ROL DE LA ECOGRAFÍA

Y LA TC ABDOMINAL EN SU CONFIRMACIÓN?

Mayo

2012.

Volumen

11

-

N

°

49