Otorrinolaringología
Enfermedades otorrinolaringológicas presentan altas tasas de depresión
Las estimaciones actuales sugieren que el 5,4 por ciento de los estadounidenses de más de 12 años de edad sufre de depresión, con una prevalencia a los 40-59 años de aproximadamente 7,3 por ciento. Esto se ha asociado con una mayor carga de síntomas y deterioro funcional, pero también con la alteración directa de la fisiopatología de la enfermedad a través de los efectos sobre el sistema nervioso central, como resultado de la respuesta a la presencia de citoquinas en los estados proinflamatorias o a la función del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. La depresión se suele diagnosticar en un subconjunto de pacientes otorrinolaringológicos, incluidos aquellos con rinosinusitis crónica, vértigo y apnea obstructiva del sueño.
Rakesh K. Chandra y colegas (Universidad de Northwestern, Chicago, Estados Unidos), determinaron la tasa de la depresión y el uso de antidepresivos en estos pacientes. Se consideraron más de 12.000 personas de otorrinolaringología, las cuales fueron analizados y divididos en tres grupos: grupo 1 (tinnitus, vértigo), grupo 2 (rinosinusitis) y grupo 3 (apnea del sueño). Finalmente, se determinó el número de diagnósticos de depresión y/o uso de antidepresivos.
La prevalencia del trastorno emocional fue de 11 por ciento, y a un 18 por ciento de los individuos se le había recomendado antidepresivos. La tasa de depresión fue del 13 por ciento, 10 por ciento y 14 por ciento en los grupos 1, 2 y 3, respectivamente. Los antidepresivos se habían prescrito en el 21 por ciento, 15 por ciento y 28 por ciento, respectivamente. La condición con mayor incidencia de depresión (21%) y uso de antidepresivos (46%) fue la apnea del sueño con insomnio.
En conclusión, pacientes otorrinolaringológicos pueden presentar elevadas tasas de depresión en comparación a la observa en la población general (7,3%). Esta mayor presencia se observó en individuos con enfermedades del oído interno y apnea del sueño. La depresión, por lo tanto, puede ser causa importante de comorbilidad en pacientes con manifestaciones otolaringológicas crónicas.
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