Epidemiología
Dieta mediterránea y frutos secos controlan el síndrome metabólico
El síndrome metabólico es un conjunto de anormalidades metabólicas que incluye la obesidad abdominal, dislipemia, presión arterial elevada e hiperglucemia, a los cuales se les reconoce como significativos factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular. Directrices internacionales recomiendan la identificación y el tratamiento de estas condiciones de riesgo y proporcionan simples criterios de diagnóstico. Los componentes por separado incrementan también el peligro de diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas, pero el síndrome en su conjunto está asociado con un mayor riesgo en comparación a la suma de cada uno de ellos. La prevalencia del síndrome metabólico está aumentando, ya afecta a casi una cuarta parte de la población adulta mundial, y en relación directa con la epidemia de obesidad y diabetes mellitus. Como tal, la enfermedad se está convirtiendo en un importante problema de salud pública en todo el mundo.
Jordi Salas-Salvadó y colaboradores de la Unidad de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Rovira i Virgili, Reus, España, compararon el efecto durante 1 año de 2 intervenciones: una dieta mediterránea (DietMed) versus una dieta baja en grasas y dentro del contexto del síndrome metabólico. Un total de 1224 participantes de edad en situación de alto riesgo fueron incluidos a partir del estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea) para determinar la eficacia de la DietMed en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares. Las intervenciones correspondieron a un esquema de DietMed más 1 L/sem de aceite de oliva virgen (DietMed + VOO) o más 30 g/d de frutos secos (DietMed + frutos secos), y un asesoramiento sobre una dieta baja en grasa (grupo control). Todas las dietas fueron ad libitum, y no hubo aumento en la actividad física para ninguna de las intervenciones.
Al inicio, el 61,4% de los participantes reunieron los criterios para el síndrome metabólico. La prevalencia a un año se redujo en un 6,7%, 13,7% y 2,0% en DietMed + VOO, DietMed + frutos secos, y grupo control, respectivamente (DietMed + frutos secos frente al grupo control, P = 0.01; DietMed + VOO versus grupo control, P = 0.18). La tasa de incidencia del síndrome metabólico no se diferenció significativamente entre los grupos (22,9%, 17,9% y 23,4%, respectivamente). Tras ajustar por género, edad, obesidad y cambios de peso, el riesgo para la reversión del síndrome fue 1,3 (intervalo de confianza del 95%, 0,8-2,1) en el grupo DietMed + VOO y de 1,7 (1,1-2,6) para DietMed + frutos secos en comparación con el grupo control.
En conclusión, la dieta mediterránea tradicional enriquecida con frutos secos podría ser una herramienta útil en el manejo del síndrome metabólico.
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