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ción de los fármacos, la administración de dosis

fijas combinadas no han demostrado superioridad

en sus resultados respecto de su administración

por separado; sin embargo, disminuyen los erro-

res de medicación por la mayor facilidad en su

administración.

Otras consideraciones incluyen la aparición de

RAM. Cuando son síntomas gastrointestinales, la

recomendación es realizar una evaluación clínica

y estudio de función hepática. De no demostrar

hepatotoxicidad se recomienda el uso de inhibi-

dores de la bomba de protones o su administra-

ción con una colación pequeña para mejorar la

tolerancia digestiva.

En caso de hepatotoxicidad, con mayor fre-

cuencia ocasionado por Z; H; R, en este orden,

ésta puede presentarse en forma sintomática o

asintomática. La hepatotoxicidad es definida por

un aumento de las aminotransferasas ≥ 3 veces el

valor normal en presencia de síntomas digestivos

y ≥ 5 veces en casos asintomáticos. En la mayoría

de pacientes asintomáticos, las pruebas hepáticas

alteradas se normalizan de forma espontánea,

recomendándose el control clínico y de la función

hepática frecuente. De aumentar los síntomas y el

deterioro de las enzimas hepáticas se recomienda

la suspensión del tratamiento anti TBC. Una vez

que las aminotransferasas disminuyen a 2 veces

su valor normal, puede reiniciarse la quimiotera-

pia de forma secuencial, empezando por R por ser

menos hepatotóxica que H y Z. De permanecer

estable la función hepática tras 1 semana puede

agregarse H. De no presentar alteraciones tras la

introducción de H y R, se asume como fármaco

causante de la toxicidad a la Z y se recomienda

descontinuarla, por lo que, dependiendo de la

severidad de la enfermedad y su estado bacte-

riológico, la duración total de la terapia podría

extenderse a 9 meses.

Tratamiento en situaciones especiales

1. Co-infección por VIH

Pregunta 5: ¿Extender el tratamiento más allá

de 6 meses mejora los resultados en compara-

ción con el régimen de tratamiento estándar de

6 meses en paciente con TBC y co-infección

por el VIH?

Recomendación 5a: Para los pacientes co-infec-

tados por VIH se sugiere usar el régimen diario

estándar de 6 meses para el tratamiento de TBC

pulmonar sensible a los fármacos (Recomenda-

ción con evidencia de muy baja certeza).

Recomendación 5b: En situaciones poco comu-

nes en las que los pacientes no reciben terapia

antirretroviral durante el tratamiento de la TBC,

se sugiere extender la fase de continuación con

H y R por 3 meses adicionales, equivalente a un

total de 9 meses de tratamiento. (Recomendación

con evidencia de baja certeza).

Se recomienda realizar pruebas de VIH de

rutina y consejería a todos los pacientes con diag-

nóstico presuntivo y demostrado de TBC. El tra-

tamiento anti TBC en pacientes VIH tiene varias

diferencias, entre las que se incluyen la necesidad

de asociar terapia antirretroviral (TARV), la even-

tual prolongación del tratamiento y la evaluación

de interacciones farmacológicas.

La mortalidad entre los pacientes con VIH y

tuberculosis es alta, principalmente por compli-

caciones propias de la inmunosupresión y otras

enfermedades oportunistas relacionadas con el

VIH. La profilaxis con cotrimoxazol reduce la

morbimortalidad independientemente del recuen-

to de linfocitos CD4.

Pregunta 6: ¿Iniciar la TARV durante el tra-

tamiento de la tuberculosis versus al final del

tratamiento de la TBC mejora los resultados en

los pacientes co-infectados por VIH?

Recomendación 6: Se recomienda iniciar la

TARV, idealmente durante las primeras 2 se-

manas de tratamiento de TBC para pacientes

con recuento de linfocitos CD4 < 50 células/

μl y durante las primeras 8 a 12 semanas para

pacientes con recuentos de CD4 ≥ 50 células/

μl. Una excepción son los pacientes con VIH y

meningitis tuberculosa, donde la terapia debe di-

ferirse al menos hasta después de las 8 semanas

de terapia diaria.

(Recomendación fuerte, con certeza en la evi-

dencia).

2. Tuberculosis extrapulmonar

El tratamiento de la TBC extrapulmonar se

inicia con H, R, E y Z durante una fase inicial

intensiva de 2 meses, seguida de una fase de con-

tinuación de 4 a 9 meses con H y R, exceptuando

la TBC meníngea cuya duración se recomienda

prolongarla por un total de 12 meses.

2.1 Tuberculosis ganglionar

Se recomienda el esquema de tratamiento

habitual por un total de 6 meses. La incisión qui-

M. Lagos C. et al.

Rev Chil Enferm Respir 2017; 33: 54-61