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El diagnóstico y tratamiento del paciente con trastorno vocal requiere el
enfoque de un equipo multidisciplinario. El núcleo del equipo médico a
cargo incluye al otorrinolaringólogo y al fonoaudiólogo. Idealmente, cada
uno de ellos debería tener competencias y entrenamiento específicos para
el tratamiento de la voz. A este respecto, en muchos países existe la
posibilidad de efectuar pasantías y programas de formación adicional o
complementaria para el perfeccionamiento como “laringólogo” y
“terapeuta vocal”, quienes son los encargados de manejar los trastornos
vocales de mayor complejidad. Estos especialistas aunando esfuerzos
conforman “equipos de voz”. Como frente a cualquier entidad
nosológica, el tratante debe conocer bien sus limitaciones, sabiendo
cuando derivar al paciente a un equipo de mayor experiencia, al
encontrar alguna dificultad con el diagnóstico o el tratamiento médico-
quirúrgico.
Evaluación del paciente con síntomas vocales
Las herramientas de diagnóstico disponibles para el uso por parte del
equipo multidisciplinario se pueden resumir como sigue: análisis
auditivo-perceptual, evaluación dinámica de los pliegues vocales con
endoscopios rígido y flexible, imágenes radiológicas de la laringe,
evaluación de la vibración de los pliegues vocales (videoestroboscopía,
video de alta velocidad o HSV, videoquimografía, electroglotografía) y
neurofisiológicos (electromiografía laríngea o EMG).
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Análisis auditivo-perceptual
- Audición de la voz
- Autopercepción de la voz por el paciente
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Examen laríngeo
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Mediciones acústicas y aerodinámicas objetivas
•
Evaluación de otros sistemas, según el caso
El primer paso en la evaluación vocal del paciente, es escuchar su voz.
Un buen momento para de escuchar la voz del paciente es mientras se
obtiene la historia clínica. Desarrollar la agudeza del oído para reconocer
anomalías en la calidad vocal incrementa las posibilidades de efectuar un