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desarrolladas, como el Filmarray GI
®
permiten su detección en deposiciones. Ante la sospecha de
amebiasis invasora la serología específica (IFI) es el examen de elección. El estudio puede requerir
colonoscopia y estudios de imagen.
Tratamiento:
Amebiasis crónica o diarreica leve: Metronidazol: 30 mg/kg/día, cada 8-12 horas,
por 7-10 días (dosis máxima: 1 g/día). Tinidazol: 50 mg/kg, una dosis diaria (máximo 2 g/día) por
3 días. Amebiasis aguda disentérica: Metronidazol: 35-50 mg/kg/día, cada 8-12 horas, por 7-10
días (dosis máxima: 1 g/día). Tinidazol: 50-75 mg/kg, una dosis diaria (máximo 2 g/día) durante
3 días. En caso de amebiasis intestinal crónica o aguda leve en que existan reacciones adversas a
los nitroimidazólicos, se puede emplear paromomicina: 25-30 mg/kg/día cada 8-12 horas, por 7
días. En amebiasis extraintestinal el paciente debe ser hospitalizado y tratado con metronidazol
50 mg/kg/día, cada 8-12 horas (endovenoso los primeros días de tratamiento) durante 10 días.
Prevención:
Medidas de higiene indicadas en las afecciones que se originan por fecalismo
humano.
c) Blastocistosis
El agente causal es
Blastocystis hominis
. Los estudios de biología molecular lo ubican en el gru-
po de los Stramenopilos (Reino Chromista). El rol patógeno de este unicelular ha sido controversial.
Tiene distribución mundial con una frecuencia de 10-35% en población general. Su transmisión es
fecal-oral, por ingestión de alimentos o aguas contaminadas. Su hábitat es el intestino grueso. Es
frecuente su hallazgo en individuos asintomáticos. Los sintomáticos presentan náuseas, vómitos,
flatulencia, anorexia, dolor abdominal y diarrea acuosa, que puede ser intermitente. Como mani-
festación extra-intestinal puede presentar urticaria crónica asociada a eosinofilia leve.
Diagnóstico:
Detección de las formas vacuoladas empleando el EPSD.
Tratamiento:
Está indicado en pacientes con sintomatología atribuible habiendo descartado
otras etiologías. Se utiliza
metronidazol
: 30-40 mg/kg/día, cada 8-12 horas por 10 días.
Prevención:
Medidas empleadas para evitar la transmisión fecal-oral.
d) Cystoisporosis
Infección parasitaria causada por el coccidio
Cystoisospora belli.
En general, afecta más a los
adultos que a los niños. Se adquiere por ingestión del ooquiste que es eliminado en las heces y
que debe madurar entre 1 a 2 semanas en el ambiente. Produce diarrea aguda, lientérica, fiebre,
compromiso del estado general, náuseas, vómitos y baja de peso. En pacientes inmunocompro-
metidos puede ser causa de diarrea crónica, refractaria, si no se trata oportunamente. Es una
protozoosis del intestino delgado que característicamente cursa con eosinofilia importante.
Diagnóstico:
Presencia de ooquistes en el EPSD, aplicando la técnica de flotación con sulfato
de zinc o a las tinciones ácido alcohol resistentes como Ziehl Neelsen modificado o safranina. En el
70% de los pacientes infectados se observan cristales de Charcot-Leyden (producto de la destruc-
ción de eosinófilos a nivel intestinal), si bien su hallazgo orienta a la existencia de cystoisosporosis,
su presencia no es patognomónica, ya que se puede encontrar en pacientes con otras patologías
que cursan con eosinofilia, tales como alergias de origen alimentario.
Tratamiento:
En inmunocompetentes es una infección autolimitada, por lo cual lo principal
son las medidas terapéuticas destinadas a evitar la deshidratación y los trastornos electrolíticos. En
aquellos casos muy severos o de prolongación del cuadro diarreico se indica cotrimoxazol (40 mg/
kg/día de sulfa) dividido en 2 dosis, durante 10 días. Como alternativa se dispone de pirimetamina
1 mg/kg/día, cada 12 horas, el primer día, seguido de 0,5 mg/kg/día desde el segundo día hasta
el 14º, fraccionado 2 veces al día, asociando ácido folínico 15 mg/m
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de superficie corporal, cada
2 días, mientras dure el tratamiento. En niños inmunocomprometidos se recomienda terapia por
tiempo prolongado.
Prevención:
Medidas habituales para parasitosis adquiridas por contaminación fecal humana
ambiental.