

731
c. Frecuencia respiratoria >2 DS sobre la normal para la edad o ventilación mecánica en un
proceso agudo no relacionado a enfermedad neuromuscular ni secundario a anestesia general.
d. Recuento de leucocitos aumentados o disminuidos para la edad (no relacionado a
quimioterapia) o >10% baciliformes.
– Infección: Sospecha o infección documentada (por cultivos positivos o biología molecular)
causada por cualquier patógeno o síndrome clínico asociado a alta sospecha de infección.
La evidencia de infección, también incluye hallazgos positivos al examen clínico,
imagenología o laboratorio (citoquímicos de líquidos normalmente estériles, víscera
perforada, radiología consistente con neumonía, lesiones petequiales o purpúricas)
– Sepsis: SIRS en presencia o sospecha de infección.
– Sepsis severa: Presencia de sepsis y uno de los siguientes: (definiciones especificas en Tabla 2)
a. disfunción cardiovascular.
b. síndrome de distress respiratorio agudo.
c. dos o más disfunción de otros órganos.
– Shock séptico: Presencia de sepsis y disfunción cardiovascular.
El diagnóstico debe ser oportuno, ya que el inicio precoz del tratamiento es factor primordial
para su éxito. Pacientes hospitalizados susceptibles de presentar o evolucionar con infecciones
invasoras como posoperados, desnutridos, sometidos a procedimientos invasivos, alteraciones
de barreras o defectos anatómicos y aquellos con larga data de hospitalización, y entre los recién
ingresados los recién nacidos febriles u otros con infecciones invasoras como meningitis,
neumonías extensas, focos purulentos no drenados, etc., deben ser evaluados periódicamente.
Si el SIRS no es identificado y rápidamente compensado, puede llegar a caída en el débito
cardiaco, aumento en la resistencia vascular periférica lo que llevará a hipoxia tisular, acidosis
metabólica, disfunción de órganos (FOM) y muerte.
Laboratorio
En el shock séptico cae brusca y precozmente el recuento plaquetario y aparece la
hiperventilación e hipocapnia, antes de la acidosis metabólica.
1. Exámenes generales: Hemograma completo, VHS, proteína C reactiva, sedimento de orina,
gases y electrolitos plasmáticos, glicemia, nitrógeno ureico, lactacidemia, radiografía de tórax.
2. Exámenes destinados a identificar patógeno:
– Hemocultivos seriados (mínimo 2) e idealmente procesados por métodos automatizados.
– Hemocultivos cuantitativos desde catéteres centrales permanentes.
– Hemocultivos periféricos punta de catéter con técnica Maki en CVC provisorios.
– Urocultivo (cateterismo o punción suprapúbica).
– Cultivo de lesiones cutáneas.
– Cultivo LCR con tinción de Gram.
– Cultivo y tinción de Gram de otros líquidos de cavidades estériles (pleural, abdominal,
articular, pericardio).
– Biopsias bacteriológicas cutáneas cuantitativas.
– Inmunofluorescencia viral o aislamiento viral.
– Inmunoglobulinas específicas (IGM ).
– Reacción en cadena de la polimerasa (enterovirus, familia herpes, virus respiratorios etc.).
3. Exámenes destinados a detectar compromiso sistémico:
– Pruebas de coagulación (protrombina, cefalina, fibrinógeno y PDF).
– Pruebas hepáticas (SGOT, SGPT, bilirrubinemia, fosfatasas alcalinas).
– Creatininemia, calcemia, fosfemia, magnesemia.
– Proteinemia, albuminemia.
– Citoquímico líquido de cavidades estériles.
– Enzimas: LDH, deshidrogenasa hidroxibutírica, CPKt, CPKmb.
– Electrocardiograma, electroencefalograma diferido.
– Imagenología: Radiografías (tórax, abdomen, extremidades), ecotomografía, Cintigrafía
ósea (ocasional), TAC (ocasional), RMN (ocasional).
Paciente crítico