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importadas: jacarandá, ceibos, ginkgo bilobas,

que tan bien describió nuestro recordado amigo

y pediatra Luis Cueto Sierra en una reciente

monografía de éste Boletín.

Todavía quedan sobrevivientes del hermoso

parque, algunas palmeras, pinos e incluso

estatuas que miran apesadumbradas la debacle

propia “del progreso”. Allí se concentraron

muchos romances, tardes de estudio y fiestas

de camaradería para el día del hospital, con

grandes asados y números artísticos.

Más hacia el interior se encontraba el magnífico

edificio del pabellón Valentín Errázuriz, con

bella arquitectura propia de la época de

construcción del hospital, e influenciado por

la corriente alemana y francesa con que se

impregnó su arquitecto Emilio Jacquier. Hoy

declarado monumento nacional, esperando que

sea rescatado de los daños producidos por los

terremotos recientes. Destacaba su entrada con

rampas y magníficas escalinatas, corredores y

salas amplias e iluminadas. Había dos servicios

de Pediatría: A, a cargo del Doctor Julio

Meneghello Rivera y B, a cargo del Dr. Arturo

Baeza Goñi. Si bien convivían en el mismo

edificio no hablaban ni mantenían comunicación

entre ellos. Cirugía tenía el tercer piso, en el

cual, inicialmente se desempeñó el Dr. César

Izzo Parodi, creador del Primer Servicio de

Urgencia Infantil de Latinoamérica, inaugurado

el

2

de enero de

1942

. Le continuaría como

Jefe de Servicio nuestro recordado maestro

y Profesor de Cirugía Dr. Alberto Veloso Novoa,

formador de generaciones de cirujanos infantiles

en el país.

Hacia atrás había tres pabellones en que

estaban otra parte de Broncopulmonar,

Otorrinolaringología, Infecciosos y Medicina

2

° Infancia. Hoy dichos pabellones están

destinados a dependencias de los gremios,

Universidad de Chile, VIH.

Al otro lado del parque había otro edificio en

que se formó el Instituto de Investigaciones

Pediátricas y que con el transcurrir del tiempo

daría origen al Instituto de Nutrición y

Tecnología de los Alimentos (INTA) creado por

el Dr. Fernando Monckeberg Barros y también

al Instituto de Investigación Materno Infantil

(IDIMI), creado por el Dr. Francisco Beas Franco.

Aún recuerdo aquel curioso día domingo en que

el Dr. Fernando Monckeberg partió con varios

camiones de mudanza al futuro INTA, llevándose

gran parte del equipamiento que había

conseguido con sus contactos en el extranjero.

También en éste sector tuvo su planta física

la Escuela de Enfermería, creada en

1919

y

que posteriormente se llamaría del “Servicio

Nacional de Salud”. Todavía entre nosotros

quedan algunas enfermeras de gran calidad

técnica y humana, formadas en esta excelente

escuela. Es imperioso recordar los esfuerzos

del Profesor Alfredo Commentz Loeffler, para

lograr traer desde Alemania las primeras

enfermeras a nuestro hospital.

Un tiempo después, una mañana del aciago

6

de mayo de

1963

, se produjo en el hospital

Arriarán un trágico suceso, la explosión del gas

anestésico, que costó la vida de dos cirujanos,

dos anestesiólogos y dos menores en el

pabellón. Entre ellos, la Dra. Anestesióloga Ana

María Juricic, hija de un distinguido salubrista y

esposa de un destacado pediatra. De milagro,