

9
Abril
2014.
Volumen
13
-
N
°
56
de Alimentación y Nutrición y la jefatura se
seleccionó por concurso interno del área,
recuperamos la celebración del día del Auxiliar
de alimentación, tradición que se había perdido
y que retomamos desde entonces. Es muy
gratificante en lo personal, pues tengo el
convencimiento que nuestro personal auxiliar
sabe responder en los momentos difíciles, son
personas cooperadoras, abnegadas, de excelente
voluntad y predisposición, mi reconocimiento y
gratitud para cada uno de ellos.
Que, en nuestro desempeño, ojalá todos estemos
tratando de reparar el barco para navegar mejor,
pues el océano que nos espera no tiene límites,
a veces el oleaje nos deja al borde de la playa,
pero volvemos de todas maneras a ese océano
inmenso, bonito, que necesita que lo amemos.
Que nuestra barca tenga sus velas firmes para
equilibrarnos ante los temporales, no naufragar,
seguir, porque después de la tempestad viene la
calma, al invierno le sigue la primavera, con sus
verdes tiempos, árboles en flor, el cantar de las
aves y la renovación del espíritu, así, llegaremos
a tierra firme. En el muelle, nos esperan quienes
padecen un dolor o clamor por una atención digna,
necesitan nuestro apoyo y atención entregada
con esmero y oportunidad para ser personas
con estilo de vida saludable y feliz, entregar su
amor a su familia y a la sociedad.
Ánimo, con equidad, compromiso, participación
efectiva y capacidad de entrega. Espero ver una
salud sana para todos, en un mundo mejor a
través del amor, como Dios quiere.
La Srta. Gladys Romero Hernández, hizo toda su carrera profesional en el Hospital Manuel Arriarán B. y Hospital Clínico San Borja Arriarán, acogiéndose a jubilación el
año
1994
. Su emotivo y maravilloso relato lo escribió ya jubilada y en agradecimiento a la oportunidad de haber trabajado junto a un comprometido equipo de salud.
Nota del editor:
Fuente: Hospital Manuel Arriarán Barros: Memorias y Vivencias