Previous Page  14 / 16 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 14 / 16 Next Page
Page Background

14

tibia como si fuera la noxa en sí misma. La

fiebre, a diferencia de la hipertermia, raramente

amenaza el bienestar del niño, pero en cambio

es capaz de reducir la replicación viral, aumenta

la capacidad fagocítica de macrófagos y NK y

mejora la diapédesis leucocitaria, entregando

alguna ventaja inmunológica frente a la agresión

infecciosa. El costo es un aumento leve del gasto

metabólico que en niños normales es irrelevante,

y el riesgo de provocar una convulsión febril

es muy bajo y aunque se produjera, rara

vez llega a provocar un status convulsivo.

Al obtener la historia sobre la enfermedad actual,

se insiste en redundar sobre datos de la fiebre,

el primer signo vital obtenido en la mayoría

de las consultas en servicios de urgencia y en

las áreas de priorización es la temperatura,

las instrucciones dadas a los padres después

de la visita por un cuadro agudo enfatizan

en recomendar llamar o volver a control si la

temperatura del niño va más allá de cierto valor

o si persiste más de cierto tiempo. A pesar de

este énfasis en la condición de la fiebre, las

instrucciones dadas a los padres con respecto

a los cuidados de la fiebre son a menudo

incompletas y confundentes, describiéndose

que frecuentemente nunca se definió que es

fiebre alta, no se explica los reales peligros de

la fiebre ni las razones de la fiebre. Poniendo

el énfasis en medir la temperatura de un niño y

simultáneamente dar la información inadecuada

sobre fiebre, se puede aumentar la ansiedad y

perpetuar el temor infundado a la fiebre en el niño.

En

1980,

Schmitt acuñó el término fiebrefobia

para describir el temor exagerado a la fiebre,

describiendo los errores conceptuales de los

padres, de bajo nivel sociocultural, respecto

de lo que entendían por fiebre y como estos

errores llevaban a prácticas inadecuadas y de

riesgo para obtener la disminución de la fiebre.

Estudios posteriores refrendan el concepto en

otros grupos sociales y los estudios efectuados

entre los miembros de la American Academy

of Pediatrics demuestran que

2

de cada

3

pediatras de Massachussets creían que la fiebre

per se podía dañar a los niños; desde entonces,

el concepto de fiebrefobia se extiende a los

profesionales del equipo de salud, de hecho

como un elemento que puede contribuir al temor

exagerado e infundado respecto de la fiebre,

sus consecuencias y su tratamiento inadecuado.

Este temor puede provocar acciones

potencialmente riesgosas para la salud del

lactante, como el uso de antipiréticos frente a

cifras de temperatura que no lo justifican, o al

uso exagerado de AINEs en presencia de mal

estado de hidratación potenciando el riesgo de

nefropatía y toxicidad. La información que posee

la familia respecto de la fiebre, su significado

y su enfrentamiento, parece ser insuficiente y

en un elevado porcentaje proviene de fuentes

empíricas, por lo que debe enfatizarse la actividad

educativa en este ámbito, en todo control de salud

infantil, entregando pautas claras y precisas.

Bibliografía:

1.

Focus on infantile colic. Acta Paediatr

2007; 96(9):1259-64.

2.

Complementary, holistic, and integrative medicine: colic. Pediatr Rev

2007; 28:381-5.

3.

Nicotine exposure in breastfed infants. Acta Paediatr

2004; 93:810-6.

4.

Disparity between paediatricians’ knowledge and practices regarding breastfeeding. Acta Paediatr

2007; 96(11):1712-3.

5.

Morphological and biological effects of maternal exposure to tobacco smoke on the feto-placental unit. Early Hum

Dev

2007; 83(11):699-706.

6.

Does a teething child need serious illness excluding?. Arch Dis Child

2007; 92(3):266-8.