

Abril
2008.
Volumen
7
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N
°
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que estimulan los mecanismos de tolerancia
inmune intestinal, favorecen la introducción de
la alimentación sólida contribuyendo, por lo
tanto, a un mejor desarrollo intestinal.
Naturalmente, la recomendación de una
alimentación saludable pasa por desincentivar
el consumo de productos que caen bajo la
denominación de golosinas; en el caso de la
madre nodriza, que debe bajar gradualmente de
peso hasta el preconcepcional, es aconsejable
evitarlas. El chocolate, el té, café y otros productos
que contengan metilxantinas pueden provocar
alguna incomodidad en algunos lactantes si
es consumido en cantidades excesivas por la
madre, por lo que se aconseja no más de una
taza de té o café al día. El consumo de alcohol
en cantidades que no superen el equivalente a
1
vaso de vino al día, no debe provocar alteraciones
en la leche. La alimentación materna, en tanto
se inscribe dentro de los patrones normales de
consumo, no afecta la composición de la leche,
la que sólo es función de la edad del lactante.
La situación del tabaquismo es completamente
diferente, y se debe, enfáticamente desaconsejar
su consumo durante la lactancia. La exposición
pasiva (inhalación ambiental) y activa (consumo
de metabolitos a través de la leche) al tabaco
le confiere al lactante una serie de riesgos
para su salud; está demostrada la relación
entre tabaquismo ambiental y muerte súbita
e infecciones respiratorias recurrentes; la
cotinina, como metabolito de la nicotina, se
excreta en la leche materna, alcanzando niveles
que pueden provocar efectos indeseables
en el comportamiento del lactante; más
aún, ya se describió el efecto nocivo que el
tabaquismo ejerce sobre el desarrollo fetal
cerebral y pancreático así como su efecto
inductor de inestabilidad cromosómica el que
se asocia a un aumento del riesgo de cáncer,
especialmente los de la edad pediátrica.
MITO #
2
La erupción dentaria causa fiebre, diarrea
y/o dolor.
Así como la salivación presente en
los lactantes a partir del mes y medio a los dos
meses se interpreta míticamente como una señal
del inicio de la dentición, también se le atribuye
a este proceso una serie de manifestaciones
clínicas adversas que justifican la elaboración
de una larga lista de productos comerciales,
no exentos de graves reacciones adversas
potenciales, y un sinnúmero de acciones
tendientes a mitigar el “enorme sufrimiento” que
este proceso biológico ejercería sobre el lactante.
Ningún proceso biológico normal es doloroso,
salvo el parto y controversialmente el dolor
óseo asociado al crecimiento. La dentición no
es la excepción. La dentición se produce en
promedio alrededor del sexto mes, edad en
la que el lactante es muy expresivo, y frente
a cualquier estímulo desagradable responde
con llanto como señal de la presencia de un
disconfort, no de sufrimiento. Así, el mito surge
como una mala interpretación del significado
del llanto a esta edad, el que, salvo condiciones
de maltrato o abuso, nunca representa un
sufrimiento tal que justifique su expresión como
llanto: todo ser humano ha sido vacunado y la
punción no alcanza la magnitud de sufrimiento
que justifique el llanto, todo ser humano ha
tenido cólicos intestinales y el desagrado de esta
sensación excepcionalmente es de magnitud tal