Salud Pública
Exposición a pantallas aumenta las tasas de depresión
Se sugiere que el tiempo dedicado a la actividad recreacional en niños y adolescentes se relaciona con la condición mental de una forma dosis-respuesta no lineal, encontrándose en mayor peligro quienes observan los aparatos electrónicos por más de 2 horas diarias.
La depresión representa una creciente causa de enfermedad en la población general. La comprensión de cómo el tiempo de exposición a pantallas, incluyendo televisores, computadores y video juegos, puede estar asociado con el riesgo de la patología, es crítica para el desarrollo de estrategias preventivas y de intervención. Sin embargo los estudios que han abordado este problema han sido inconsistentes.
Los autores (Shuqiao Yao y colegas del Instituto de Psicología Médica, Hunan, China) realizaron una revisión sistemática y meta-análisis de datos relativos al uso de pantallas y depresión en niños y adolescentes. El meta-análisis se llevó a cabo de acuerdo con la directriz PRISMA, efectuando búsquedas en bases de datos electrónicas de PubMed, Web of Science y EBSCO (hasta el 6 de mayo de 2015). Finalmente, se adoptaron razones de riesgo (OR) como medición combinada de la relación. La dosis - respuesta se estimó mediante la tendencia de mínimos cuadrados generalizados.
Un total de 12 análisis transversales y 4 longitudinales (incluyendo 1 estudio de cohorte) incluyeron a 127.714 participantes. En general, mayores exposiciones en preadolescentes y adolescentes se asociaron a una significativa probabilidad de depresión (OR = 1,12; IC del 95%: 1,03 - 1,22). Por otro lado, el tipo de pantalla, la edad, población y referencia de categoría, actuaron como moderadores relevantes. En comparación con el grupo control, quienes si observaban aparatos electrónicos, se vincularon a un riesgo elevado cuando la actividad recreacional excedía las 2 horas/día, mientras que el peligro fue más atenuado con menores tiempos (1 hora diaria).
En conclusión, el meta-análisis sugiere que la exposición a pantallas en niños y adolescentes se relaciona con un mayor riesgo depresión, de una manera dosis-respuesta no lineal.
