Cardiología
Caminar previene las enfermedades cardiovasculares
En este estudio que incluyó a adultos con alto peligro de diabetes tipo 2 y patología cardiovascular, se observó que cada 2.000 pasos extras por día el riesgo de un evento cardiovascular disminuía en un 10%.
Los ensayos clínicos han demostrado que las intervenciones sobre los estilos de vida pueden reducir efectivamente la diabetes tipo 2 en individuos con intolerancia a la glucosa, y los subsecuentes análisis señalan que son altamente costo-efectivas en la prevención de esta condición crónica. En consecuencia, los cambios de estilo de vida son la piedra angular para prevención de la diabetes.
Thomas Yates y colegas de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, analizaron si modificar la actividad ambulatoria objetivamente evaluada se asociaba a la posibilidad de un evento cardiovascular en individuos con alto riesgo cardiovascular e intolerancia a la glucosa. Se incluyeron 9.306 pacientes que fueron reclutados en 40 países, entre enero de 2002 y enero de 2004, y que también podían padecer enfermedad cardiovascular (≥ 50 años de edad), o por lo menos un factor de riesgo cardiovascular adicional (≥ 55 años). En promedio, los participantes fueron seguidos según los eventos cardiovasculares (como mortalidad cardiovascular, ictus no mortal o infarto de miocardio) durante 6 años y por la actividad ambulatoria evaluada por podómetro al inicio del estudio y durante 12 meses.
En 45.211 personas/año de seguimiento, se registraron 531 eventos cardiovasculares. La actividad ambulatoria basal (riesgo [R] de 2.000 pasos por día fue de 0,90, IC del 95%: 0,84 - 0,96) y el cambio en la actividad ambulatoria (0,92, 0,86 - 0,99) se relacionaron inversamente con la presencia de un accidentes cardiovascular. Los resultados para el cambio en la actividad ambulatoria no se vieron afectados cuando se ajustaron el índice de masa corporal y otras variables de confusión a los 12 meses.
En conclusión, en individuos con alto riesgo cardiovascular e intolerancia a la glucosa, los niveles de referencia y los cambios de actividad ambulatoria diaria presentaron una relación inversa con el riesgo de un evento cardiovascular.
