Epidemiología nutricional
El pescado graso reduce la ocurrencia de cáncer renal en mujeres
El carcinoma de células renales (CCR) del parenquima renal implica a más del 80% de todos los cánceres de riñón, la mayoría de los cuales son adenocarcinomas. Durante los años 1970-1990 se observó un marcado aumento de la incidencia del carcinoma en los Estados Unidos, especialmente entre mujeres y hombres de color; pero recientes datos sugieren una nivelación en esta tendencia para la mayoría de los grupos raciales. Se cree que factores ambientales, incluyendo la alimentación, contribuyen fuertemente a la etiología del CCR. Además, se ha publicado que el consumo de pescados, especialmente sus ácidos grasos, podría estar asociado a un riesgo más bajo de varios tipos de cánceres, aunque esto último no es demasiado consistente por la poca fuerza de la evidencia. De hecho, una reciente revisión sistemática realizada en base a estudios prospectivos sobre los efectos del consumo de pescados (pescado graso y magro) en el riesgo de importantes cánceres (CCR no incluido) no apoyó la hipótesis sobre el efecto protector de su ingesta en el desarrollo de neoplasias.
Para examinar la asociación entre el consumo de pescados y el riesgo de carcinoma de células renales en mujeres, el equipo de la doctora Alicja Wolf (División de Epidemiología Nutricional, Instituto Nacional Medicina Medioambiental del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia) analizó a una cohorte sueca de 61.433 mujeres entre 40 y 76 años, sin diagnóstico de cáncer en el inicio (marzo de 1987 y diciembre de 1990). Los participantes completaron un cuestionario al comienzo y en septiembre de 1997.
Durante un promedio de 15.3 años de seguimiento entre 1987 y 2004, se diagnosticaron 150 casos de carcinoma de células renales. Después de ajustar los potenciales confusores, se observó una asociación inversa entre el consumo de pescado graso y el riesgo de CCR (P = 0.02), pero no se encontró ninguna relación con el consumo de pescado magro. En comparación al no consumo, el riesgo relativo (RR) fue de 0.56 (intervalo de confianza del 95%, 0.35-0.91) para las mujeres que comían pescados grasos una vez por semana o más. Comparado con las mujeres que no divulgaron un consumo constante, el RR fue de 0.26 (IC del 95%, 0.10-0.67) para aquellas que reportaron una ingesta persistente de pescados grasos (basado en un subconjunto de 36.664 mujeres que completaron los cuestionarios, con 40 casos de CCR durante el período 1998-2004).
En conclusión, el estudio sugiere que el consumo de pescados grasos puede reducir la ocurrencia de carcinoma de células renales en mujeres.
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