Adición
Fumar durante la niñez motiva futuro deterioro intelectual
Entre las recompensas inmediatas demandadas por los fumadores, existe la creencia que el fumar puede estimular sensaciones agradables y realzar la vigilia, la atención o la memoria. Se ha demostrado que los fumadores realizan pruebas deficientes de velocidad psicomotora en comparación con los no fumadores o ex fumadores. Por el contrario, un riesgo más bajo de demencia relacionada con la edad se ha observado para fumadores versus no fumadores. Actualmente, por lo tanto, el fumar no se puede constantemente ligar a efectos cognoscitivos de largo plazo, ya sean positivos o negativos. La investigación en vida sobre el efecto del fumar en la cognición durante etapas posteriores beneficia el conocimiento del índice intelectual durante la niñez por las siguientes razones. Primero, es provechoso tener una evaluación de la función cognoscitiva en una edad temprana, antes de que la gente haya comenzado fumar. En segundo lugar, permite un estudio de la cognición antes de que se logre el estado ocupacional del adulto, esto es importante porque los ajustes ocupacionales pueden mantener la adicción, pudiendo reducir la cognición. Tercero, una medida de capacidad mental en la juventud es necesaria para determinar el cambio cognoscitivo a través de la vida. Hasta la fecha, sólo un estudio ha examinado capacidad intelectual e historia fumadora a una edad más avanzada después de ajustar según el índice de inteligencia en la niñez, sexo y educación, los fumadores tuvieron valores cognitivos significativamente más bajos que los que nunca habían fumado.
Científicos de las universidades de Aberdeen y Edinburgh Escocia, Reino Unido), investigaron si el hábito de fumar entre los 11 y 64 años de edad sería un factor de riesgo para la declinación cognoscitiva. También fueron examinados los potenciales efectos confusores del nivel intelectual: estado ocupacional, educación, presencia de enfermedad cardíaca, hipertensión y función pulmonar.
Todos nacieron en 1936, participantes de la misma encuesta escocesa de 1947 sobre coeficiente intelectual, y fueron reexaminados a edades cercanas a los 64 años en 2000-2002. Los fumadores y los no fumadores presentaron valores intelectuales significativamente diferentes a la edad de 64 años. Esta diferencia seguía persistiendo después del ajuste estadístico. La regresión lineal múltiple identificó al índice de inteligencia durante la niñez, nivel de educación, ocupación, función respiratoria e historia de fumador como predictores independientes y significativos de la función mental en personas mayores de 64 años de edad.
En conclusión, para esta muestra de individuos, el fumar produce una contribución negativa e independiente para el envejecimiento cognoscitivo. Aunque los efectos negativos sobre la cognición son relativamente pequeños en términos de un individuo, estos son importantes a nivel de población.
Fuente bibliográfica
Addict Behav. 2005 Jan; 30(1):77-88