Enfermedades de la sangre
La gammaglobulina se presenta como el tratamiento más eficaz para las formas recurrentes de la púrpura trombocitopénica inmune
La púrpura trombocitopénica inmune (PTI) es una enfermedad caracterizada por una caída del número de plaquetas que generalmente va acompañado de diátesis hemorrágica. La forma aguda aguda es cuando la duración es inferior a seis meses, la crónica aquella en la que la trombocitopenia persiste o sigue siendo baja después de seis meses del diagnóstico y la forma recurrente es la que aparece nuevamente después de un período de normalidad. La incidencia estimada es de 1 a 5 casos pediátricos por 100.000 habitantes por año. El tratamiento de la púrpura trombocitopénica inmune tiene por objeto disminuir el riesgo de sufrir una hemorragia con riesgo vital (incidencia entre 0,2 y 1 %), como complicación de la enfermedad. Ello ha sido así, porque la mayoría de hemorragias intracraneales se han producido con cifras muy baja de plaquetas, por lo general inferior a 10.000/ul durante las primeras semanas de enfermedad. No obstante, la tendencia más generalizada es no tratar a los pacientes sin diátesis hemorrágica importante, puesto que la evolución a largo plazo es independiente del tratamiento administrado.
En un reciente estudio retrospectivo y descriptivo de pacientes atendidos en consultas externas durante 3 años, desde enero de 1999 hasta diciembre del 2001, y publicado en los Anales Españoles de Pediatría, se intentó valorar la evolución, así como la respuesta al tratamiento, de niños afectados por púrpura trombocitopénica inmune crónica persistente y recurrente.
Los resultados de la investigación, mostraron que de los 38 pacientes con PTI crónica, 16 de ellos (42 %) presentaron formas crónicas y 22 (58 %) presentaron formas recurrentes. No se encontró diferencias significativas entre los dos grupos en cuanto a edad, sexo, tiempo de seguimiento e infección viral anterior o presencia de anticuerpos antiplaquetarios. En las formas recurrentes, el tratamiento médico más eficaz fue la gammaglobulina intravenosa (77% de respuestas favorables), pero el tiempo de duración de la respuesta fue corta (22,1 semanas de media). La esplenectomía produjo la remisión completa en un 63% de las formas crónicas. En seis pacientes, de ambos grupos, tratados con gammaglobulina anti-D se obtuvieron resultados positivos. Durante el período del estudio, el 4,5 % de los niños con formas recurrentes y el 31,5 % con formas crónicas demostraron remisión espontánea.
Según médicos del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona en España, los resultados obtenidos en base a su propia experiencia clínica, indican que el tratamiento más eficaz para las formas recurrentes de PTI fue la gammaglobulina intravenosa, pero ningún tratamiento consiguió respuestas duraderas a largo plazo. En las formas crónicas, la esplenectomía sería una alternativa eficaz en situaciones de riesgo hemorrágico, mientras que una conducta expectante parece la mejor opción cuando este riesgo no existe. Aunque el número de pacientes tratados es limitado, para los autores es válido señalar la elevada cantidad de respuestas favorables obtenidas con gammaglobulina anti-D.
Fuente bibliográfica
An Pediatr 2003; 59(1):6-12