Traumatología
Terapia cognitiva alivia el dolor crónico de espalda
En los países desarrollados, el dolor lumbar es considerado uno de los seis problemas de salud más costoso y, respecto a la incidencia, una de las tres condiciones más discapacitantes. La orientación internacional recomienda que las personas con dolor de espalda persistente no específico se mantengan físicamente activos, aunque el efecto suele ser de corta duración. En comparación con este enfoque, los tratamientos físicos (ejercicio estructurado, acupuntura, manipulación y enfoque postural) producen beneficios pequeños a moderados durante un corto plazo (≤ 4 meses), y por lo general resultados poco importantes en el tiempo (≥ 12 meses). Las recientes directrices del Reino Unido proporcionan revisiones sistemáticas más completas de tratamientos para el dolor lumbar, pero no han podido obtener conclusiones sobre el valor del enfoque psicológico debido a la escasez de ensayos con un adecuado seguimiento a largo plazo.
Sarah E. Lamb y colaboradores de la Universidad de Warwick, en Coventry, Reino Unido, estimaron la efectividad en la atención primaria de la intervención cognitivo-conductual en personas con dolor lumbar. Este estudio multicéntrico, aleatorizado y controlado con placebo, que paralelamente realizó un análisis costo-eficacia, consideró a 701 adultos con dolor sub-agudo o crónico de espalda. Los participantes fueron asignados al azar para recibir hasta seis sesiones de manejo cognitivo-conductual (n = 468) o ninguna intervención (control, n = 233). Los resultados primarios se basaron en instrumentos de medida para valorar dolor y discapacidad a través de los cuestionarios de Roland Morris y Von Korff a los 12 meses.
En el análisis primario a 12 meses, se incluyeron 399 (85%) participantes en el grupo de intervención cognitivo conductual y 199 (85%) en el grupo control. La razón más frecuente para el retiro fue la falta de voluntad para completar los cuestionarios. A los 12 meses, el cambio medio en la puntuación del cuestionario de Roland Morris fue de 1,1 puntos (IC del 95%, 0,39 - 1,72) en el grupo control y 2,4 puntos (1,89-2,84), en el grupo de intervención (diferencia entre los grupos de 1,3 puntos, 0,56-2,06, p = 0,0008). La puntuación Von Korff para la discapacidad cambió en un 5,4% (1,99-8,90) y un13,8% (11,39-16,28), respectivamente (diferencia entre los grupos de 8,4%, 4,47-12,32, p < 0,0001). La puntuación Von Korff para el dolor cambió en un 6,4% (3,14-9,66) y un 13,4% (10,77-15,6), respectivamente (diferencia entre los grupos de 7,0%, 3,12-10,81, p < 0,0001). Los años de vida ajustados a la calidad (QALY, por sus siglas en inglés) ganados por la intervención cognitivo-conductual fue 0,099, el incremento del costo por QALY fue de £ 1786, y la probabilidad de rentabilidad fue superior al 90% con un límite máximo de £ 3000 por QALY. No se informaron eventos adversos graves atribuibles a los tratamientos.
Se concluye que después de un año, el procedimiento cognitivo-conductual tuvo un efecto duradero sobre el dolor sub-agudo y crónico de espalda, con un menor costo para los profesionales de la salud.
