Neurología
Biomarcadores en LCR predicen progresión del Alzheimer
En el proceso de diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer (EA), la información de diferentes modalidades, incluida la clínica y la evaluación neuropsicológica, la neuroimagen y los biomarcadores en líquido cefalorraquídeo (LCR) también se utilizan para aumentar la especificidad diagnóstica. La pérdida de memoria y otros déficits cognitivos aún forman el núcleo del diagnóstico clínico de la EA, y la severidad de la disfunción cognitiva se asocia con la magnitud de los cambios neuropatológicos. La atrofia del lóbulo temporal medio se relaciona con el diagnóstico clínico de la condición y con hallazgos neuropatológicos. Por último, las concentraciones de beta amiloide 1-42, Tau y proteína fosforilada en posición treonina 181 (P-tau) en LCR, también están ligadas con el diagnóstico clínico de la EA. Estos biomarcadores probablemente reflejen diferentes aspectos de los hallazgos neuropatológicos en el año, tales como la formación de placa amiloide y la presencia de ovillos neurofibrilares. La evidencia de su asociación con la atrofia del hipocampo es escasa, y no está claro si es independiente de la información de otras modalidades.
Docentes de la University Medical Center, Amsterdam en Holanda, investigaron si los marcadores biológicos en LCR se relacionan con la atrofia del hipocampo, como medida de progresión de la enfermedad. Se evaluaron los datos de 31 personas con EA, 25 con deterioro cognitivo leve y 19 controles (edad media 68 ± 8 años; 39 [52%] mujeres). Al inicio del estudio se obtuvieron biomarcadores del LCR (beta amiloide 1-42, tau y P-tau) así como datos neuropsicológicos. Se evaluó la resonancia magnética basal utilizando escalas de evaluación visual de la atrofia del lóbulo temporal medial (MTA), atrofia cortical global y las hiperintensidades de la materia blanca.
La regresión lineal múltiple, ajustada por edad y sexo, mostró que el aumento de los niveles de P-tau en LCR al inicio del estudio se asociaba independientemente con mayores tasas de atrofia del hipocampo posterior (p < 0,05), junto con un desempeño más pobre de la memoria (0,09 [0,04]) y una MTA más grave (-0,60 [0,21]). La asociación de la función de la memoria con una tasa de atrofia del hipocampo se explicó por el vínculo con el diagnóstico, ya que desapareció del modelo después corregir para el diagnóstico.
En conclusión, los niveles basales de tau fosforilada en treonina 181 están asociados de forma independiente con la progresión de la enfermedad, reflejado en la atrofia del hipocampo. Este efecto fue independiente de los predictores neuropsicológicos y de la resonancia magnética. Los resultados implican que la predicción de progresión de la enfermedad puede lograrse mejor mediante la combinación de información procedente de diferentes modalidades.
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