Geriatría
Vivir en pareja mantiene una buena salud mental
Como la esperanza de vida aumenta en diversas regiones del mundo, la demencia se está convirtiendo en una creciente preocupación de salud pública. El 2005, un estimado de 25 millones de personas sufría demencia y el número se duplicará cada 20 años, llegando a 81,1 millones el 2040. En el mundo occidental la prevalencia se ha estimado en un 15% entre los 80 años de edad y en un 25% para los de más de 85, con la enfermedad de Alzheimer como diagnóstico más común. Además de las consecuencias para los pacientes y sus familias, los individuos pueden requerir de cuidados intensivos, especialmente en las etapas más avanzadas de la patología. No se conoce ninguna cura, aunque los conocimientos sobre los mecanismos biológicos y los factores de riesgo están en constante avance.
Investigadores finlandeses y suecos, a través de un estudio prospectivo poblacional y un seguimiento promedio de 21 años, evaluaron si el estado civil se relacionaba con la función cognitiva en etapas posteriores de la vida. Los participantes procedían de muestras poblacionales previamente investigadas en 1972, 1977, 1982 o 1987. 1449 personas (73%), edad 65-79, se sometieron a un nuevo examen en 1998. Los principales resultados fueron la presencia de Alzheimer y el deterioro cognitivo leve.
Las personas con pareja en la mitad de la vida (edad media 50,4 años) tenían menos probabilidades respecto a otras categorías (solteros, separados o viudos) de deterioro cognitivo a los 65-79 años de edad. Los viudos o divorciados, presentaron tres veces más de peligro en comparación con las personas casadas o en pareja. Los viudos, tanto en la mitad de la vida como más tarde, tuvieron un riesgo de 7,67 (1,6 a 40,0) para la enfermedad de Alzheimer en comparación con personas casadas o en pareja. El mayor aumento del riesgo para el Alzheimer se observó en portadores del alelo e4 del gen de la apolipoproteína E que habían perdido a su pareja, eran viudos o divorciados. La introducción progresiva de variables en el ajuste estadístico no alteró las asociaciones.
En conclusión, la vida en pareja implica cambios cognitivos y sociales con un efecto protector contra el deterioro cognitivo en las postrimerías de la vida, en consonancia con la hipótesis de la reserva cerebral. El aumento del riesgo específico para las personas viudas y divorciadas en comparación con las personas solas indica que otros factores explicarían algunos resultados. Por otra parte, un modelo sociogenético podría justificar el dramático aumento de Alzheimer en portadores del alelo e4 del gen de la apolipoproteína E.
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