Gastroenterología
Niveles altos de leptina se asocian con esófago de Barrett
La obesidad se vincula con un aumento del riesgo para el esófago de Barrett y el adenocarcinoma esofágico. Las alteraciones de las concentraciones de leptina sérica y la adiponectina, citocinas relacionadas con la obesidad, se han vinculado con varios tipos de cáncer y se postulan como posibles mediadores de la carcinogénesis relacionada a la obesidad; sin embargo, la asociación con el esófago de Barrett sigue siendo poco estudiada.
A continuación, docentes australianos describen los resultados de un estudio de casos y controles con un primer análisis de comparación de las concentraciones séricas de la leptina y la adiponectin entre personas con y sin esófago de Barrett. Los niveles se midieron en dos subconjuntos de residentes de la ciudad de Brisbane, Australia. Los casos tenían edades comprendidas entre 18 y 79 años, con esófago de Barrett diagnosticado entre 2003 y 2006. Los controles, emparejados por edad y sexo, fueron seleccionados al azar de una lista electoral. Los riesgos (R) y los intervalos de confianza (IC) del 95% se calcularon utilizando análisis de regresión logística multivariable.
En el análisis piloto (51 casos, 67 controles) los riesgos del esófago de Barrett fueron más altos entre los que estaban en el cuartil más alto de leptina sérica (R 4.6, IC del 95%: 0.6 a 33.4). No se observó ninguna asociación con la adiponectina. En el estudio de validación para la leptina (306 casos, 309 controles), se produjo un importante aumento en el peligro de padecer la enfermedad entre los hombres del cuartil más alto de leptina sérica (R 3.3, IC del 95%: 1.7 a 6.6) y persistió después de un nuevo ajuste para los síntomas del reflujo gastro-esofágico (R 2,4, IC del 95%: 1.1 a 5.2). En cambio, el riesgo de esófago de Barrett entre las mujeres disminuyó con el aumento de las concentraciones séricas de leptina.
En conclusión, las concentraciones elevadas de leptina se relacionan con un mayor peligro de esófago de Barrett en los hombres, y no en las mujeres. Esta asociación no se explicaría simplemente por el aumento de la masa corporal o el reflujo gastroesofágico. El mecanismo aún no se ha dilucidado.
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