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definidas en este nuevo marco, ya que posee en-

tre otros, un Programa Nacional de Control de la

Tuberculosis de larga data, cobertura universal de

diagnóstico y tratamiento, una red de laboratorios

organizada y una buen registro de información

que permiten mantener un conocimiento acabado

sobre la situación

4

. Además, a contar de junio

de 2014 se ha actualizado la Norma Técnica del

Programa, lo que busca reforzar las actividades

de prevención, diagnóstico y tratamiento de la

tuberculosis que se desarrollan en el país

5

.

El presente artículo realiza un análisis de la

situación actual del Programa de Tuberculosis

en Chile en relación a las intervenciones funda-

mentales que la OMS ha definido como claves

para los países con baja carga de TB y que po-

sibilitarían el avance hacia la eliminación de la

enfermedad como problema de Salud Pública.

El marco de la Organización Mundial de la

Salud

Ocho son las intervenciones fundamentales

definidas por la OMS a desarrollar en los países

con baja incidencia de TB para alcanzar la elimi-

nación de la enfermedad

1

:

1. Garantizar el financiamiento y la rectoría para

planificar y ofrecer servicios de calidad.

2. Abordar los grupos más vulnerables e inacce-

sibles.

3. Abordar las necesidades especiales de los mi-

grantes y cuestiones transfronterizas.

4. Llevar a cabo pruebas de detección de tuber-

culosis activa y de infección de tuberculosis

latente en grupos de alto riesgo y ofrecer un

tratamiento adecuado.

5. Mejorar la prevención y atención de la tuber-

culosis multirresistente.

6. Garantizar la vigilancia continuada y la evalua-

ción y supervisión del programa.

7. Invertir en investigación y en nuevos instru-

mentos.

8. Apoyar el control mundial de la tuberculosis.

1. El financiamiento del Programa de Tuber-

culosis en Chile pasa por una situación compleja

desde hace cinco años. Durante el año 2008 y

2009 los presupuestos disponibles para reali-

zar las actividades programadas desde el nivel

central se redujeron drásticamente de más de

600.000 USD a sólo 95.000 USD

2b

, situación

que a la fecha no ha podido revertirse. En teoría,

2b

Cifras calculadas con un cambio de 600 pesos chilenos

por dólar americano.

el financiamiento de las actividades debían ser

asumidas por los propios Servicios de Salud, a

través de sus presupuestos históricos y sin un

reforzamiento presupuestario adicional

6

. En la

actualidad, el financiamiento para los medica-

mentos antituberculosos de primera y segunda lí-

nea, los exámenes de diagnóstico bacteriológico y

exámenes complementarios básicos, y la atención

de los enfermos y de sus contactos en los distin-

tos niveles del sistema de salud chileno ha sido

cubierto por los Servicios de Salud. Sin embargo,

existen dificultades para reforzar las actividades

de localización de casos, con déficit de personal

de laboratorio, falta de insumos e infraestructura

inadecuada; dificultades para realizar acciones

de supervisión, asesoría y capacitaciones desde

los niveles intermedios, por falta de recursos y

de miembros de los equipos técnicos; dificul-

tades para realizar actividades de promoción y

prevención a nivel poblacional; y en ocasiones,

imposibilidad del nivel central para realizar las

evaluaciones macro-regionales y las visitas de

supervisión

7

.

Si se analiza el trasfondo de la situación del

financiamiento, puede observarse que éste se

corresponde con la visión del actual sistema de

salud chileno, donde lo importante son las pres-

taciones que se otorgan a nivel individual y enfo-

cadas en el daño, en desmedro de las actividades

de salud pública con una perspectiva poblacional.

El Programa de Tuberculosis, siendo un programa

de Salud Pública, se ha limitado en los últimos

años a tratar a los enfermos, muchos de los

cuales son diagnosticados en etapas avanzadas

de la enfermedad, pasando, por lo tanto, meses

manteniendo el contagio. No es de extrañar, en-

tonces, el estancamiento en la disminución de la

incidencia que se está observando.

En relación a la rectoría, la existencia de nor-

mas técnicas del programa con resolución legal,

obligatorias de cumplir en todo el sistema de

salud chileno (público y privado), y la existencia

de planes y metas definidos tanto en las mismas

normas como en la Estrategia Nacional de Salud

del país son dos fortalezas con las que cuenta el

Programa de Tuberculosis en Chile

5,8

. A esto se

agrega que la conducción se lleva desde la Sub-

secretaría de Salud Pública, no habiendo sufrido

la fragmentación a nivel central que ocurrió con

otros programas después de la reforma de salud

de 2004

9

.

2. En cuanto a los grupos vulnerables, Chile

reconoce la existencia de los llamados grupos

de riesgo para tuberculosis. Para el año 2013, un

33,2% del total de casos de TB pertenecían a al-

guno de estos grupos (sin considerar a los adultos

T. Herrera M.

Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 225-229