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sonas contagiadas antes de presentar signos

de enfermedad hace que la probabilidad de

contagio casual en un avión sea mínima por

lo que no se debe sobre reaccionar ante la

presencia de personas asintomáticas prove-

niente de zonas afectadas. Al mismo tiempo,

la posibilidad de personas provenientes de

zonas vecinas no epidémicas (países vecinos

o distantes de África) de estar contagiadas es

prácticamente inexistente por lo que adoptar

medidas de restricción o registro a personas

que no provengan de la zona epidémica es

una sobre reacción inapropiada que debe ser

evitada. No obstante, hay que vigilar atenta-

mente los cambios epidemiológicos e informar

oportunamente a la comunidad.

- La probabilidad de que el virus Ebola llegue al

país es, a la fecha, muy baja porque requiere

que una persona infectada proveniente de uno

de los actuales países epidémicos (Liberia,

Sierra Leona, Guinea, República Democrática

del Congo) arribe al país dentro de los 21 días

desde su contagio. La transmisión del virus

requiere que la persona contagiada enferme y

entre en contacto con personas sanas, lo cual

puede ocurrir en diferentes escenarios inclui-

dos centros de salud. El adecuado aislamiento

del enfermo minimiza el riesgo, conjuntamente

con la vigilancia de sus contactos.

- Las medidas implementadas y por imple-

mentar en Chile en acuerdo con protocolos

internacionales son necesarias, especialmente

para prevenir el posible contagio al personal

de salud, como se ha evidenciado a la fecha

en Estados Unidos y España. El contagio, se

estima que fue secundario a fallas en las muy

estrictas medidas de protección personal, que

derivaron en contacto de la piel o mucosa del

personal con piel o fluidos de personas gra-

vemente enfermas. No se conoce a la fecha

con exactitud cuál es la magnitud de contacto

requerida para infectarse ni en qué momento

exacto la persona con síntomas puede transmi-

tir la infección. Las medidas de protección son

complejas, requieren de equipos de protección

personal especiales junto con alta capacitación

y entrenamiento del personal de salud, con

supervisión.

La población debe estar adecuadamente infor-

mada para que en conjunto la sociedad reaccione

y se prepare de la mejor manera ante ésta y futu-

ras epidemias. El Ministerio de Salud debe liderar

centralizadamente los esfuerzos para el control

de una eventual presencia de casos en el país,

dando directrices claras de los flujos de atención,

garantizando máxima protección para el personal

de salud y su capacitación continua, tanto a nivel

del sector público como privado.

Asimismo, se debe garantizar el manejo técni-

camente adecuado, no discriminatorio y digno de

las personas infectadas.

Los medios de comunicación deben trabajar

junto a las autoridades de salud para entregar

información fidedigna, objetiva, clara y oportuna,

evitar la sobre reacción y la información parcial

o tergiversada.

En las últimas dos décadas Chile ha reaccio-

nado bien para enfrentar amenazas epidémicas

globales. Los aciertos y desaciertos en la prepa-

ración para cada una de estas situaciones debieran

servir de base para que como país, afrontemos

cada vez de mejor manera una nueva amenaza.

Las autoridades de salud pueden contar en todo

momento, con la ayuda técnica que requieran de

parte de la Academia Chilena de Medicina para

este propósito.

Santiago de Chile, 24 de Octubre de 2014

Rev Chil Enf Respir 2014; 30: 230-231