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noviembre

2016.

Volumen

15

-

N

°

66

11

El Dr. Beas continúa trabajando con nosotros,

participa en nuestras reuniones clínicas, realiza

seminarios con becados y esperamos y necesitamos

seguir contando con su presencia y nuestros

enfermos.

Por último quiero expresar que agradezco a la

Sociedad Chilena de Pediatría por darme la

oportunidad de rendir un homenaje de gratitud

justo y merecido para una persona como el

Dr. Beas que nos ha dado tanto.

DISCURSO DE DESPEDIDA DEL IDIMI

DR. FRANCISCO BEAS FRANCO

María Angélica Boric S., Bioquímica IDIMI

Muy querido Dr. Beas:

Quienes nos encontramos aquí somos un grupo

de amigos que hemos tenido la suerte de

compartir con usted un mismo quehacer general

y muchas jornadas de trabajo, y hoy queremos

dedicarle especialmente estas horas, no en una

despedida formal sino en un encuentro de

colaboradores.

No estamos todos los que habrían querido venir,

por diversas razones de fuerza mayor. Yo sabía

que usted es muy apreciado, pero no dejó de

sorprenderme el entusiasmo de los presentes

como la pesadumbre de los ausentes ante

esta convocatoria. Todos deseamos manifestarle

nuestro cariño.

Al concretar usted su alejamientode laUniversidad,

y por ende del IDIMI, me deja la herencia de ser la

más antigua en el Instituto y por esta razón creo

que puedo tomarme unos minutos para expresar

algunas reflexiones. No voy a hablar de su carrera

profesional ni de sus logros, sino de algunas

vivencias de estos años compartidos.

Yo lo conocí en

1971

, en el último curso de mi

carrera, cuando fue a darnos una clase en un altillo

del edificio de Plaza Ercilla. Semanas después fui

a conversar con usted porque ofrecía temas para

tesis y a mediados del año siguiente, con huelgas

de por medio, llegué como tesista a su laboratorio

en Amazonas

610

, teléfono-nótese-

568866

. ¿Por

qué elegí ese lugar? Creo que por la claridad y a la

vez simpleza con que planteó el tema, pero sobre

todo por su entusiasmo, rasgo que palpé después

prácticamente en todas sus actividades.

A los pocos meses, al regresar de mi matrimonio

en Punta Arenas (lo que explica mi desconexión

total de los hechos), vi un panorama desolador:

sólo su laboratorio estaba íntegro, los otros

estaban totalmente desmantelados y no había

centrífugas, contador, destilador, pieza fría,

bodega. Ahí conocí otra característica suya:

su optimismo, que nos comunicó al pequeño

Dr. Francisco Beas F., con su grupo de colaboradores, en

dependencias de la Casa Central de la Universidad de Chile,

con motivo del lanzamiento de su libro de Endocrinología

infantil. Muchos de los presentes colaboraron en el proyecto

inicial del “Centro de Investigaciones Materno infantil”.