

noviembre
2016.
Volumen
15
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N
°
66
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liofilizadora o en el potrero de las vacas cuyas
muestras sanguíneas necesitábamos.
Después de tantos años entregados al IDIMI,
primero dejó la Dirección y redujo su jornada;
luego, en una decisión difícil y dolorosa pero
con esa sencillez que también le es propia,
dejó su línea de investigación de laboratorio y
se fue a un escritorio en un discreto rincón, y
ahora termina su relación contractual con la
Universidad, que aunque no fue su casa de
estudiante, sí la hizo suya, le entregó su trabajo,
la defendió y luchó por ella y la ha engrandecido
con su dedicación y aporte. Y siento que se
va entusiasta, contento con su trabajo y con
muchas ideas, como cuando lo conocí.
Querido Dr. Beas por todos nosotros: estoy segura
de interpretar a cada uno de los presentes y de los
que querrían estar al decirle que nos alegramos
sinceramente por tantos ideales, tareas y
momentos compartidos y que han derivado en un
lugar paraustedennuestrocorazón. Personalmente
doy gracias a Dios por conocerlo y trabajar
tantos años junto a usted. Seguramente muchos
desearían expresarle sus propios sentimientos.
Como no es posible hacerlo ahora, queremos
entregarle esta caja, que está llena de saludos
personales y particularmente de nuestro gran
cariño.
Equipo de trabajo del IDIMI, en momentos cercanos al retiro
del Dr. Francisco Beas F.