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La fiebre en pediatría es uno de los principales
motivos de consulta en urgencia. Las etiologías
varían según la edad, en el
20
% de los pacientes
no se encuentra la causa. Las principales causas
son infecciones virales autolimitadas que no
necesitarán tratamiento. En menores de
36
meses, el mayor temor es la posibilidad de
una infección bacteriana severa, el problema
es que un porcentaje de los niños puede
presentar una bacteremia oculta (entre el
3
y
10
, con un promedio
4,3
%), a pesar de ser
un bajo porcentaje, es el que presenta mayor
morbi-mortalidad, por lo que debe ser estudiado
acuciosamente para evitar complicaciones a
largo plazo e incluso la muerte.
Se define como fiebre en el niño la temperatura
rectal superior a
38
°C, y fiebre sin foco
cuando no se descubre el origen de la
misma después de una historia y exploración
física cuidadosa y el cuadro clínico tiene una
evolución inferior a
72
horas. Las infecciones
bacterianas graves son la meningitis, sepsis,
infecciones óseas y articulares, infecciones del
tracto urinario, neumonía y enteritis.
Frente a un niño entre los
3
y
36
meses que
consulta por fiebre, la pregunta lógica a
realizarse es ¿Cuál es la etiología más probable?,
porque eso definiría cual sería la opción
terapéutica. Pero en estos casos más que la
búsqueda de una etiología única, que sería
el resultado ideal, muchas veces el estudio se
enfoca principalmente a descartar una causa
bacteriana subyacente y dejar el diagnóstico de
infección viral, que es el más común, como un
diagnóstico de exclusión.
Las etiologías más probables son de una
bacteremia oculta, son el Streptococcus
neumoniae en la vía respiratoria (Neumonía,
sinusitis, OMA), aunque se espera que con la
aplicación de la vacuna baje su incidencia,
Neisseria meningitidis, Haemophilus influenzae
tipo b y Escherichia coli.
En este grupo de niños el examen físico y la
anamnesis no siempre proporcionan los datos
para sospechar una bacteremia oculta, es
por esta razón que se recurren a numerosos
exámenes de laboratorio e imágenes que
pueden generar un gran gasto para la familia
siendo no siempre estos necesarios. Las
preguntas que surgen en estos casos son
¿Qué exámenes de laboratorio hacer? ¿Las
formas de diagnosticar y tratar en cada grupo
etario, son costo-efectivas?.
Para comenzar el estudio de la fiebre y poder
clasificarla como fiebre sin foco se debe realizar
anamnesis detallada, que incluya la historia
de la fiebre, formas de presentación, nivel de
conciencia, estado previo, inapetencia, vómitos
o diarrea, apariencia tóxica, historia médica
previa, calendario de inmunizaciones y hábito
miccional. Al examen físico una de las cosas
más importantes a evaluar es el estado de
hidratación porque tiene una correlación
importante con la presencia de bacteremia,
hay que destacar que en los menores de
.
ARTÍCULO
1
.
Verónica Lanas M., Estudiante de
5
°
año de Medicina.
Facultad de Medicina Universidad de Chile.
FIEBRE SIN FOCO: NIÑOS DE
3
A
36
MESES