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Marzo
2015.
Volumen
14
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N
°
59
drenajito “en las neumonías supurativas post-
sarampión. La existencia del Pabellón Dolores
Arriarán para los niños tráqueostomizados
por difteria o laringitis sarampionosa. Incluso
aún recordamos el “pulmón de acero”, para la
poliomielitis, tremenda máquina que permaneció
por algunos años abandonada en una oficina
del segundo piso del Hospital Arriarán.
Hemos podido apreciar como la tuberculosis y
la patología infecciosa bacteriana que era la
predominante en sus inicios, va siendo
reemplazada por la de causa viral, el diagnóstico
cada vez más frecuente de malformaciones,
alteraciones genéticas, neurológicas y
neuromusculares acompañado de una revolución
en las técnicas de diagnóstico con la introducción
de imagenología y medicina nuclear de un
desarrollo deslumbrante. Técnicas endoscópicas
con instrumental cada vez más refinado, avances
en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades
genéticas, tratamientos tan exitosos que se
realizan por videotoracoscopías, desensibilización
a base de epítopes, selle de malformaciones
y complicaciones fistulosas etc. Como natural
consecuencia de lo anterior, el manejo de patología
crónica broncopulmonar, asociado muchas veces
a enfermedades ortopédicas y neurológicas en
domicilio, sobretodo en aspectos de
oxígenoterapia ambulatoria, asistencia ventilatoria
no invasiva e invasiva.
Sin embargo a pesar de este avance vertiginoso
es importante que aquel que se dedique a la
especialidad lo haga con la sencillez, honestidad,
desinterés y visión de futuro que nos mostraron
nuestros maestros. Es evidente que la tarea nunca
se acaba, aparecen nuevos desafíos, surgen
nuevas dificultades. El recuerdo de nuestros
maestros nos obliga a no cejar ni dejarse llevar
por la desesperanza.
Algunos integrantes del actual equipo médico de la Unidad de Broncopulmonar (gentileza Dra. María Lina Boza C.)