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agosto

2016.

Volumen

15

-

N

°

65

15

Una 0, una caída o una voltereta hacia atrás u

otro tipo de esfuerzo extremo que provoque

una extensión máxima de la cadera sobre el

muslo son las causas más probables del desgarro

de las fibras musculares y de los pequeños vasos

sanguíneos del PSOAS o del ilíaco, seguido

de hemorragia y formación del hematoma. La

contracción excesivamente fuerte del músculo

ilíaco, para mantener o recuperar el equilibrio

entre el tronco y el muslo, después de una posición

de hiperextensión de la cadera, puede provocar

rotura muscular o avulsión de sus inserciones y dar

origen a un hematoma del ilíaco. Los traumatismos

cerrados, con impacto sobre la región lumbar o el

flanco, rara vez causan hemorragia del iliopsoas

debido a su ubicación anatómica profunda.

El nervio femoral es el de mayor volumen que

nace del plexo lumbar; luego de atravesar la

masa muscular del PSOAS, desciende dentro

de su fascia. En la pelvis se sitúa primero entre

los músculos PSOAS e ilíaco y luego sobre

este último, para quedar cubierto por la densa

fascia ilíaca. Es el nervio motor del iliopsoas y

del cuádriceps crural (extensión de la rodilla) y

sensitivo de la zona anteromedial del miembro

inferior. La hemorragia despega la fascia y el

hematoma provoca la neuropatía o degeneración

nerviosa por compresión e isquemia del nervio.

Como la porción distal de la fascia ilíaca es más

densa y menos extensible, es en esta especie

de embudo anatómico que se hace mayor la

compresión nerviosa. Esta particular disposición

anatómica, explica por qué en los hematomas del

iliopsoas se puede lesionar este nervio.

Los pacientes con hematomas del PSOAS pueden

presentar signos de hipovolemia e incluso shock,

ya que el músculo puede contener mucho volumen

de fluido y la gran capacidad del retroperitoneo

para tolerar un sangrado extenso. Esta situación

es más probable si existe un trastorno de la

coagulación previo.

La posición antiálgica característica de la cadera

en flexión del lado afectado se debe al espasmo

muscular inicial, a la expansión hacia adelante

de la fascia del iliopsoas, y a que se trata de

reducir la tensión por estiramiento del nervio

femoral para aliviar el dolor.

Figura

1

- Imagen axial de TC con contraste

endovenoso, muestra en el espesor del

músculo PSOAS izquierdo, al nivel del polo

renal inferior una lesión de densidad líquida,

la que capta contraste sólo en su periferia,

compatible con colección infecciosa

o hematoma.

Figura

2

- Imagen ecográfica parasagital

del músculo PSOAS izquierdo a nivel

del polo renal inferior, con características

normales un mes post tratamiento

(

21

días de antibióticos)